Hanemiya Kazutora era conocido en su instituto cómo alguien extraño, gran parte de sus compañeros sabía que venía de una familia disfuncional, no tenía muchos amigos, y no parecía sobresalir tanto en los estudios. Aún así, el chico parecía estar lle...
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Kazutora siempre fue tachado cómo un bicho raro desde que era pequeño. Las personas se alejaban de él al saber que venía de una familia extraña, muchas veces fue apuntado con un dedo en dónde los pequeños susurraban cosas como.
- "El padre de Kazutora lo golpea a él y golpea a su señora, están locos en esa familia!" -
Kazutora sólo hacía oídos sordos pero siempre estuvo al tanto de todo, desde muy pequeño comenzó a crecer venganza y odio en su corazón.
Pero tristemente sus compañeros tenían razón, su padre era un hombre abusador, un hombre cruel y malo.
A la edad de 14 años, navegando por Internet pudo encontrar a menores de edad que se acostaban con adultos para ganar dinero, o ganar cualquier cosa a cambio. Eso era una completa mierda ¿revolcarse con gente que no conoces para algo a cambio?
Es una idiotez...
Aún así, una idea golpeó fuerte en su cabeza... Él siempre quiso vengarse de las personas que hablaban de su persona, de su familia.
Tal vez el destino le estaba dando una señal para que después de años pusiera en pie lo que tanto quería.
Con algo habilidad, pudo buscar a sus compañeros por Facebook, y entre busca y busca, lograr encontrar los perfiles de sus padres.
Tenía ideas tan retorcidas que incluso pensaba que la locura lo estaba calcomiendo, ¿esto estaba bien?
Pero las palabras volvían a llegar a su cabeza, palabras y burlas que aunque pasarán años jamás podría olvidar. Con ello en mano, se puso a trabajar en hacer un perfil falso, empezando a crear un perfil de una chica con fotos retocadas, para que nadie sospechara que estaba usando a alguien ajena.
Por fin pudo dar con éxito a su perfil, usando el nombre de "Yachi".
No sólo agregó a los padres de sus compañeros, también agregó a señores al azar, para hacerlo todo más creíble.
Los primeros días no conseguía mucho, más que halagos de viejos cerdos y seguramente pedófilos en potencia.
Hasta que una semana después, consiguió que un padre de uno de los tantos chicos que le molestaban le hablara.
Linda muñequita. ¿Te han dicho que tienes un cuerpo muy delicado y bonito?
Kazutora sintió asco total al leer aquello, notó a lo lejos que ese señor engañaba a su pareja.... Pero él no estaba ahí para atraparlo, él sólo quería venganza.
¿Puedes enviarme vídeos o más fotos, bebecita?
Claro galán, pero supongo que sabes que tengo un precio.
Escribió algo dudoso aquello.
Pero apenas el hombre acepto Kazutora supo que los hombres cerdos harían cualquier cosa para calentarse un poco, incluso pagar mucho dinero.
