Hanemiya Kazutora era conocido en su instituto cómo alguien extraño, gran parte de sus compañeros sabía que venía de una familia disfuncional, no tenía muchos amigos, y no parecía sobresalir tanto en los estudios. Aún así, el chico parecía estar lle...
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Kazutora se había atragantado con su propia saliva ante la revelación del más alto.
¿Él era el tan deseado Baji Keisuke? ¿Él era parte de los mejores hombres de The Hanmas?
Kazutora no era ingenuo, por lo que dudo por varios segundos si aquel tipo estaba diciendo la verdad, pero sus dudas se esfumaron rápidamente, pues su mirada y su postura daban mucho de qué desear, se veía totalmente serio y es como si supiera que todo aquel que lo viera se lo devoraba con la mirada, Hanemiya no era la excepción.
— ¿Tú eres Baji?— Habló al fin evitando balbucear o tartamudear.
— Es lo que dije— Respondió casi automáticamente.
Ahora era Hanemiya quién lo miraba de pies a cabeza, mirando a detalles cada facción de su rostro, Chifuyu no mentía al decir que aquel tipo era realmente un Dios griego.
Era exageradamente atractivo, y aún con su actitud seria y casi de hombre mayor se veía atractivo.
— ¿Y qué sabes tú de mí?— Preguntó con un toque de ilusión.
Quizás... no tendría que esperar tanto para acostarse con este hombre.
Pero Kazutora le estaba subestimando.
— Sólo quería saber si eras tan interesante cómo los demás dicen, pero...— Había terminado su cigarrillo así que lo botó en dónde correspondía. — Pareces un mocoso completamente normal, no tienes nada de interesante para mí—
Aquellas palabras golpearon duro en Kazutora, hace tiempo no escuchaba como alguien lo subestimaba tan fuertemente, aquello hizo que se quedara en silencio intentando analizar las palabras del mayor.
Baji no esperaba conversar con él, así que no tardó mucho en prepararse para marcharse del lugar.
— Estás totalmente equivocado— Habló al fin Kazutora. — Soy lo menos normal que podrás conocer—
Baji se volteó a mirarle con una ceja levantada.
— ¿Tú te crees muy interesante por tener una cara bonita, no? ¿Por cojer rico?—
Baji por fin había puesto toda su atención en el menor, iba a hablar y defenderse pero el contrario no se lo permitió.
— Primero que nada, haré que te trages tus malditas palabras— Lo miró desafiante. — Y seré yo quien te diga en tu cara que no vales la pena, Baji—
El pelinegro era ahora quién estaba atónito, otra vez no logró defenderse pues ya se encontraba solo en el patio.
Baji pensó por algunos momentos que había subestimado a ese tal Kazutora.
Pero se dijo así mismo que darle muchas vueltas al asunto era una mierda, una pérdida de tiempo.
Aún así no entendía el porqué su corazón estaba lleno de adrenalina.
