Hanemiya Kazutora era conocido en su instituto cómo alguien extraño, gran parte de sus compañeros sabía que venía de una familia disfuncional, no tenía muchos amigos, y no parecía sobresalir tanto en los estudios. Aún así, el chico parecía estar lle...
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Kazutora fue ingenuo.
Chifuyu le dijo en algún punto que la peor persona que le podía tocar era Ryusei Satō.
Y eso era cierto.
Ryusei era considerado de los peores chicos que pueden elegirte, ya que era alguien bastante morboso, y con fetiches difíciles de satisfacer.
Pero quién realmente era el peor, era Ran Haitani.
Y todos lo sabían.
El mismo Kisaki, lo sabía, Ran fue suspendido varias veces porque recibían muchos reclamos por culpa de él.
Ryusei recibió el llamado de Chifuyu, este pidiéndole que hiciera lo que fuera para que Kazutora no subiera más de nivel... Chifuyu jamás tuvo malas intenciones, él esperaba algo como sexo salvaje o masoquismo, el no esperaba que Ryusei invitara a más gente para que abusaran de Kazutora.
Porque sí.
Estaban abusando de Kazutora, Kazutora intentó en más de una ocasión que se detuvieran, se quejaba del dolor y las lágrimas salían sin control de sus ojos.
¿Ryusei realmente estaba cumpliendo con la ayuda que pidió Chifuyu? ¿O era algo más? Matsuno jamás le pediría que hablara con Kokonoi ni mucho menos con Ran Haitani.
Ran apareció con la mirada seria, una mirada que sólo demostraba morbo.
Kazutora con las pocas fuerzas que podía recuperar sólo intentó ponerse a la defensiva.
— E-Esperen, no, esto está fuera de las normas... jamás me hablaron de esto...— Habló con desesperación, Kazutora se estaba desconociendo.
— Sé gentil con él— Dijo Kokonoi mientras se arreglaba sus últimas prendas, y así junto a Ryusei salir del lugar.
Ran Haitani se quedó a solas con Kazutora.
...
Baji se encontraba buscando a Kokonoi, Izana se lo pidió casi a golpes, y este no le quedó de otra que obedecer, pues si no era él quien tenía que cumplir con las labores del pelinegro, y era lo que menos quería.
Caminó por casi todos los rincones del lugar, pero no había rastro alguno de Kokonoi.
Keisuke sólo podía maldecirlo.
Pero no se iba a rendir, él no quería cumplir con sus malditas labores.
Así que me quedaban unos últimos lugares donde ir.
Se le ocurrió pasar por los rincones más privados del lugar, en dónde estaban las salas Vip, normalmente el hombre siempre estaba allí con Inui.
Al escuchar unas voces por impulso decidió esconderse.
Las voces le eran totalmente reconocidas... Eran Ryusei y Kokonoi.
