-Capítulo 7-

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Aquellas palabras retumbaron en la cabeza de Jeanne. Se esperaba cualquier cosa... ¿Pero eso? No, eso era algo que ni se le había pasado por la mente. ¿Hija? ¿Quién era la mujer que estaba allí encerrada?

Jeanne se acerca despacio hasta la zona y, al estar frente a los barrotes, se agacha para poder observar mejor a la mujer. Está bastante asustada y se encuentra en una esquina en una posición que Jeanne interpreta de protección. La mujer parece estar bastante maltratada, con moretones, manchas de sangre y arañazos.

-Hola... -Jeanne intenta conversar con la mujer, pero ella solamente la mira extrañada.- No tienes que estar así, no te voy a hacer nada.

Al decir esto, la mujer se convence y decide hablar.

-¡Vete de aquí cuanto antes! ¡No dejes que mi madre te mate!

Si Jeanne ya estaba alterada, eso la altera mucho más. Escuchar a alguien decir lo que ella llevaba rato pensando es un golpe duro. Significa que todo era cierto y que seguramente no saldría con vida de allí.

-He venido con mis amigos, no los pienso dejar aquí.

La mujer se incorpora y se acerca a la joven. Le repasa el rostro con la mirada y luego se aleja sorprendida.

-Eres... -Jeanne no sabe qué decir así que decide no hablar.- ...¿Jeanne?

La chica siente que algo explota en su mente y se sienta sobre el frío suelo. Mira a la mujer atónita y sin entender nada. ¿La conoce de algo? ¿Cómo sabe su nombre?

-¿Te conozco?

La mujer, al afirmar que la joven que tenía enfrente sí era ella, se acerca y empieza a llorar. Jeanne no sabe la razón exacta de esas lágrimas, pero sí que consigue ver una sonrisa en el rostro de la mujer.

-Tú a mi no me conoces porque eras muy pequeña, pero yo a ti sí que te recuerdo... Estás tan guapa...

-Perdona, no sé...

-Eres mi hija, ¿no te das cuenta? Tenemos el mismo color de pelo, los mismos ojos... Eres igualita a mi.

Jeanne definitivamente no entendía nada. Siente que el corazón le va demasiado rápido y la cabeza le duele. Intenta moverse, pero algo dentro de ella se había roto. No sabía qué significaba todo aquello... ¿Toda su vida era una mentira? ¿Joelle le había mentido en algo?

-¿Cómo?

La idea de que esa mujer fuera su mujer no cabía en su mente. Necesitaba entender todo... Necesitaba la verdad. Jeanne necesitaba que alguien le dijera que sí tenía padre, que su madre era Joelle, que su vida era tal y como ella pensaba... Necesitaba y deseaba con todo su corazón que su vida no fuera una mentira.

-Jeanne... ¿Cómo está Joelle?

La joven no aguanta más y se rompe. Las lágrimas le caen sin control y la mujer se acerca para intentar consolarla. Saca las manos por los barrotes y acaricia el cabello de la chica.

-La echo mucho de menos... Quiero volver a casa y que todo esto sea una pesadilla...

-Lo sé, perdón por haberte dado esta familia... No te lo mereces...

Jeanne no había pensado en eso. Si aquella mujer era su madre... La señora de la cabaña era su abuela y los dos chicos eran sus tíos.

-Espera... ¿Es todo verdad?...

-Sé que es difícil de creer, pero sí, es todo cierto.

Jeanne se queda parada sin asimilar nada y espera a que la mujer hable de nuevo.

-Me llamo Cyra y me enamoré de Joelle. Era la persona más importante de mi vida... No la podía soltar por nada del mundo. Nos separamos porque mi padre no quería que yo estuviera con una mujer y si Joelle se iba contigo os estaría protegiendo a las dos. Cuando mi padre se enteró de que yo había intentado salvaros me encerró aquí e intentó buscaros para acabar con vosotras, pero Joelle se había mantenido en las sombras demasiado bien... Os amo y por eso me separé de vosotras...

A Jeanne no le acaban de cerrar algunas cosas. ¿Su padre quién era? ¿Había llegado a esa cabaña aposta? ¿Era todo un plan?

-¿Y mi padre?

Cyra aparta la mirada de su hija y dice algo que termina de destrozar a Jeanne.

-Es algo que me cuesta recordar, pero tras una agresión quedé embarazada... Me negué a perderte así que entre las dos te cuidamos y siempre quisimos lo mejor para ti...

Jeanne siente que el mareo la inunda y la cabeza le da vueltas. Todo aquello era surrealista, no podía creer que le estuviera ocurriendo.

-¿Todo esto significa que mi vida ha sido una mentira hasta ahora?

-No Jeanne, Joelle es tu madre. No todo era mentira aunque te lo parezca así en este momento.

-Ella me podría haber contado esto y no lo hizo...

-Era por tu bien.

-¡No! No intentes defenderla... ¿Me estás diciendo que he estado llorando noches seguidas por un hombre que no existe? Me podría haber contado todo y, aunque fuera difícil de entender, lo habría intentado. He estado toda mi vida pensando que todo lo que me contaba era cierto, que ella era la persona en la que más podía confiar...

-No Jeanne...

-¡Sí! ¡Era todo mentira!

Jeanne llora e intenta calmarse. Toda la información le está nublando la mente y no la deja pensar con claridad. Ella sabe que Joelle no había hecho todo con mala intención, pero estaba tan impactada que en lo único que podía pensar era en las mentiras.

-Hija...

Cyra intenta abrazar a Jeanne sacando los brazos por los barrotes, pero la joven se aparta.

-No me toques y no me llames así, no eres mi madre.

La mujer no insiste y se sienta esperando a que su hija se calme. Ella entiende que es un gran golpe enterarse de la verdad, pero todo era por su bien. Sabe que la chica va a necesitar un tiempo para asentar todo en su mente y que seguramente no va a querer saber nada de ella, pero la va a querer igual y siempre la va a proteger.

Jeanne se acerca hasta la puerta de la jaula y la abre de un golpe. Ha sido mucho más sencillo de lo que pensaba, solo tenía que romper el candado.

-Sal de aquí y vuelve con Joelle.

La mujer se levanta y se acerca hasta Jeanne. Quiere abrazarla, pero la joven no mantenía el contacto visual con ella. El estado de inquietud de Jeanne era tan alto que ni quería ver a Cyra.

-Gracias por salvarme hija. -Cyra espera una respuesta, pero la joven está allí quieta y mirando hacia el suelo.- Oye...

Cyra coloca su mano en el hombro de Jeanne a modo de consuelo, pero la chica, en un ágil y rápido movimiento, se aparta.

-El hombre que siempre está en los caminos... ¿Es tu padre?

A Jeanne se le había pasado esa idea por la mente, pero se negaba a que fuera verdad. Si Cyra le decía que sí algo moriría dentro de Jeanne.

-Clark... Sí, él es mi padre.

Y, ahora sí, Jeanne se encontraba más rota que nunca.

-Es un asesino, trae a las personas hasta aquí... No quiero tener un abuelo como él...

-Lo sé, pero no puedo cambiar a nuestra familia.

Todo empezaba a encajar en la cabeza de Jeanne. La familia, los caminos, el señor, las fotos... Todo era una completa locura.

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Sé que dije que ya no habían más personajes, pero aquí tenéis a Cyra.

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Cyra

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Cyra

Inexplicable ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora