-Capítulo 12-

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-¡Corre!

Cyra corre hasta Joelle y las dos se abrazan. Al separarse, las dos chicas se quedan enfrentadas.

Llevan muchos años siendo amigas y nunca ninguna ha dicho nada pero ambas saben que sienten algo más. Cyra ama pasar tiempo con Joelle, ver sus ojos oscuros, tocar su pelo negro... La ama a ella como nunca había amado a alguien.

-Joelle... -La chica posa sus oscuros ojos en los azules de su amiga y espera a que hable.- Creí que nunca iba a decir esto, pero me gustas mucho.

Cyra espera que Joelle diga algo ante aquello, pero lo que ocurre no es lo que espera. La chica se acerca lentamente hasta sus labios y se besan. Al acabar se separan y se miran a los ojos. Cyra le dedica una sonrisa tímida y Joelle le agarra de la mano.

-Te quiero Cyra.

La chica rubia se acerca y le vuelve a besar una vez más.

-Ven.

Y tras esto, las dos chicas se dirigen hasta la cabaña de Cyra sin saber lo que ocurrirá después.

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Al llegar se topan con Clark, el padre de Cyra, que estaba partiendo unos troncos.

-Hola papá.

El hombre se gira hacia su hija y le sonríe.

-Hola Cyra. -Clark mira a Joelle y luego vuelve a posar su mirada sobre Cyra.- ¿Es tu amiga?

La chica no sabe que responder. ¿Siguen siendo amigas o ahora son algo más? No habían hablado sobre aquello, lo que creaba grandes dudas a la hora de responder ante aquel tipo de preguntas.

-Creo que no.

Y sin ella saberlo acababa de abrir las puertas hacia su horrible futuro.

Clark se extraña y no entiende muy bien lo que su hija quiere decir.

-¿Y quién es?

Cyra va a hablar cuando Joelle toma la iniciativa.

-Me llamo Joelle y pronto estaré en las comidas familiares.

La chica de pelo negro agarra delicadamente el rostro de Cyra para así girarlo y darle un beso en los labios. Clark se enfurece y deja el hacha en el suelo. Se acerca hasta las dos chicas, empuja a Joelle y luego coge a su hija del brazo.

-Eres una desgraciada.

Joelle, sin entender nada, se acerca hasta Cyra intentando que el hombre la suelte. Clark agarra con más fuerza a la joven y le grita en la cara.

-¡Estáis todos enfermos! ¡Sois una familia de gente rara!

Cyra, sin darse cuenta, empieza a llorar ante su padre. Nunca lo había visto así, estaba totalmente fuera de si.

-Papá...

-¡Cállate Cyra!

El hombre arrastra a la chica hasta el interior de la cabaña sin decirle nada a Joelle. La chica se queda allí quieta viendo como Cyra la mira desde la lejanía, con el rostro enrojecido de tanto llorar y diciéndole que salga corriendo ahora que puede.

El corazón se le encoge sin entender absolutamente nada.

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-¡Clark! -Natalie se acerca hasta su marido e intenta soltar a Cyra de los agarres del hombre.- ¡Deja a la niña!

-¡No! ¡Voy a enseñarle que eso está mal!

-Es tu hija, no puedes hacerle esto.

Clark mira a Natalie y luego dice algo que confirma que definitivamente no estaba bien.

-No es mi hija, es hija del diablo.

-No dejes que los traumas de tu niñez te consuman y deja a Cyra en paz.

Clark mira a la mujer sin creer que haya dicho eso y le da un bofetón en la mejilla. La mujer se toca la zona, pero debe de ser fuerte por su hija. Debe salvarla para que no pase por lo mismo que pasó ella.

La mujer intenta de nuevo soltar a su hija pero vuelve a fallar. Clark empuja a la mujer y ésta cae al suelo.

-Voy a ocuparme de ella y luego vengo a por ti.

Natalie ve como su marido se acerca hasta la puerta del sótano, la abre y entra con Cyra.

-¡Papá déjame! ¡Te juro que no lo volveré a hacer!

Cyra no recibe ninguna respuesta. Le duele el brazo y observa que lo tiene rojo de la fuerza que está haciendo su padre.

-No me creo que esto esté pasando de nuevo... ¡Es una maravilla! -La chica mira al hombre sin reconocer ya a su padre y lo observa sin entender lo que está diciendo.- Ya lo hice con tu madre y ahora te toca a ti.

Clark se acerca hasta la joven y se agacha. Le acaricia el rostro y luego baja su mano hasta hasta el abdomen de la chica. Con sus ojos azules mira a su hija y le sonríe.

-¿Qué estás haciendo papá?

El hombre agarra con delicadeza el pantalon de su hija y lo empieza a bajar dejando al descubierto la ropa interior de Cyra.

-Pon de tu parte hija, no lo hagas difícil.

-Papá...

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-¿Estás bien?

Cyra corre hasta su madre y la abraza.

-Mamá...

La mujer agarra el rostro de su hija y la mantiene allí junto a ella.

-Ya está... Ya pasó...

La chica llora sin control junto a su madre. Lo que acaba de vivir con su padre era lo más horrible por lo que había tenido que pasar. No podría olvidar nunca aquello.

-Me duele mucho mamá...

-¿El que te duele amor?

-Todo...

La mujer acompaña a su hija hasta la cama y la tumba.

-Descansa un poco Cyra. -La mujer posa sus labios sobre la frente de su hija y le da un beso.- Mañana estarás mejor.

La joven asiente y cierra los ojos deseando que el malestar se pase y que todo sea una pesadilla.

-¡Natalie! ¡Ven aquí!

La mujer mira hacia atrás y luego vuelve a fijarse en su hija.

-Tengo que irme, pero enseguida estaré de nuevo aquí contigo.

-No mamá, no vayas... No quiero que te haga lo mismo...

La mujer se acerca hasta el rostro de Cyra y le da un beso en la frente.

-Te quiero mucho Cyra.

Y tras decir aquello sale de la habitación cerrando la puerta para que la niña no se entere de nada.

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-Cyra...

La chica abre los ojos y encuentra a su madre.

-Mamá... -Al incorporarse nota un agudo dolor en el abdomen.- Me duele...

-Lo sé hija, lo sé.

Natalie abraza a Cyra y la mantiene unos instantes allí entre sus brazos.

-¿Qué me está pasando?

Natalie no quería tener que decir esto, pero debía hacerlo. Cyra merecía saber lo que iba a ocurrir.

-Estás... Estás embarazada.

Cyra siente que algo dentro de ella muere. Apenas tiene dieciséis años, no cree que pueda superar eso.

-Pero...

-Sí, sé que eres muy joven, pero ya no hay vuelta atrás.

Unas lágrimas recorren el rostro de Cyra. Desde ese momento algo cambió en su vida y debería aceptarlo.

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