-Capítulo 13-

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-Joelle...

Cyra está demasiado nerviosa como para decírselo inmediatamente. Le encantaría quedar con Joelle y contárselo en persona, pero la pobre chica rubia no puede salir de casa y si su padre la llega a ver con Joelle una vez más seguramente la mataría. Y eso no podía ocurrir.

-Venga Cyra, puedes contarme lo que sea.

-Es que... -La rubia empieza a llorar. No puede creer que haya pasado eso, es algo horrible. Con sus últimas fuerzas, Cyra suelta aquello que le llevaba atormentando desde que se enteró.- Estoy embarazada.

Un silencio largo inunda la llamada. Cyra no puede hablar debido a las lágrimas y Joelle no puede creer lo que había escuchado.

-Es algo... -Joelle busca las palabras para describir lo que está sintiendo pero es más complejo de lo que esperaba.- No me lo esperaba.

-Lo sé, yo tampoco lo sabía hasta que mi madre habló conmigo después de... -A Cyra le cuesta recordar el momento, volver a vivir todo lo que ocurrió...- Después de que mi padre...

Joelle entiende al instante lo que había pasado y decide que Cyra deje de hablar. Sabe perfectamente que no es algo fácil de recordar y prefiere que su novia esté tranquila.

-Está bien, entiendo lo que me quieres decir. -Joelle no quiere, pero debe preguntarle a Cyra lo que va a pasar- ¿Lo vas a tener?

Cyra tarda unos segundos en contestar.

-Lo voy a tener, pero no quiero que viva aquí.

-Lo cuidaré yo. Estará lejos de la cabaña, te lo prometo.

Cyra no se puede aguantar mucho más y se derrumba. Es una situación muy difícil de llevar, le está costando pero conseguirá salir de allí. Lo hará por ellas.

-Voy a salir de aquí sea como sea. Seremos una familia feliz.

Ambas, tras estar unos minutos en silencio, deciden despedirse por última vez y simplemente dejar que todo ocurra. Cyra ya no volvería a ver a Joelle.

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-¡No! ¡Suéltame!

Clark agarra a su hija con fuerza y la arrastra de nuevo hasta el sótano. Era el momento.

Habían pasado nueve meses desde la última llamada con Joelle y deseaba volver a verla. No sabía nada de ella y quería salir corriendo de allí, abrazarla, besarla y quedarse junto a ella por siempre. Aquello no iba a ocurrir.

-Cyra, más te vale que te estés quieta.

-Tengo miedo...

La chica mira a su madre y la mujer no puede evitar soltar algunas lágrimas. Su hija iba a dar a luz y ella tenía un papel muy importante. Natalie iba a ser la encargada de llevar al bebé hasta Joelle. Lo haría por Cyra.

-Cállate y quédate aquí quieta.

Tras unos horribles instantes de dolor y mucho terror, Cyra consigue tener a su bebé en brazos. Estaba allí, en el asqueroso sótano de la cabaña, pero estaba con su hija. Su querida Jeanne.

-Dámela, ya has estado mucho tiempo con ella. -Clark agarra a la bebé y se la entrega a Natalie. - Ya no te queda nada por hacer en este mundo Cyra, a partir de ahora estarás aquí.

Cyra no puede articular ninguna palabra. No procesa todo lo que su padre le está diciendo y sigue sin entender el porqué de su comportamiento.

-No me puedes dejar aquí... Soy tu hija...

-Cuando te vi con aquella chica dejaste de ser mi hija.

Y tras eso y sin decir nada más, Clark sale del sótano seguido de Natalie, que llevaba a Jeanne en brazos. Antes de cerrar la puerta, la mujer baja de nuevo y se arrodilla para poder hablar con Cyra.

-¿Cómo la quieres llamar?

-Jeanne. -La mujer asiente y le da un beso en la frente a Cyra. Luego se levanta y se dispone a salir de allí.- Mamá, ¿vas a dejar que me haga esto?

-Te sacaré de aquí y podrás ir con Joelle y con tu hija y vivir feliz lejos de este lugar.

Pero eso no ocurrió ya que Natalie acabo consumida por la locura de Clark y nunca llegó a salvar a su hija.

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