-Capítulo 14-

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Jeanne corre por el pasillo escapando de Joelle. Le encanta jugar a eso con su madre y se nota. La ama con todo su corazón.

-¡Voy a por ti Jeanne!

La mujer corre tras la niña haciendo como que es un monstruo y la pequeña se ríe.

-¡No! ¡No me atrapes!

En esa casa solo se escuchan risas, pero no todo era tan bonito como parecía. Joelle no había vuelto a ver a Cyra y habían pasado siete años.

Madre e hija corren por la casa hasta que llegan al sofá del salón y se tiran sobre éste.

-Te atrapé.

Jeanne ríe y luego sus carcajadas se hacen más sonoras debido a las cosquillas que su madre le está provocando. Cuando todo se calma, la pequeña aprovecha para preguntar algo.

-Mamá... ¿Por qué todos mis compañeros de clase tienen mamá y papá y yo solo te tengo a ti?

Joelle se queda de piedra. No sabe qué decirle a su hija.

-Tu padre murió.

En el rostro de la pequeña se dibuja un gesto de preocupación.

-Pero...

-Tranquila, está bien. Nos está observando desde el cielo.

Jeanne sonríe y mira hacia el techo.

-Te quiero papá.

Joelle sonríe. Le ha tenido que decir eso a la pequeña porque contarle la historia real sería algo devastador. No podía hacer que su hija supiera todos los horrores que escondía la cabaña del bosque.

-Jeanne, ¿qué te parece si vamos un rato al parque?

-¡Sí! ¡Al parque!

La pequeña corre hasta la puerta y espera a Joelle para luego salir corriendo. Joelle sonríe y olvida todo lo relacionado con la cabaña.

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