Miré el lugar que sería mi hogar durante los próximos meses y una sonrisa se escapó de mis labios sin poder contenerla.¡Me encantaba como se veía el lugar! había comprado un nuevo sofá, el abuelo había instalado la televisión y además había instalado ya la oficina y mi habitación que solo me faltaban algunas cosas que tenía en mi auto y terminaba con la mudanza. Mientras mi abuelo terminaba de armar la mesa de centro que compramos, baje por la última caja que me quedaba.
No era pasada ni tan liviana.
Cuando me mudé de la antigua ciudad, no me tomó tanto tiempo empacar mis cosas ya que en su mayoría era solo ropa, mi computador y cosas de higiene personal. El lugar donde vivía lo había arrendado amoblado así que no fue tan difícil salir de ahí.
De hecho lo más difícil fue dejar a Nora, quien había estado conmigo desde siempre, pero ella entendía que era algo que necesitaba para poder volver a ser la antigua yo.Esa que se reía de sí misma, la que no pensaba tanto las cosas y solo se arriesgaba y sobre todo, la que no se preocupaba de equivocarse.
Mientras pensaba que lo que saque con esa relación era perderme a mí, aclaré mi mente y me dispuse a subir las escaleras y sin querer, choqué contra algo.
o mejor dicho a alguien.
Era el chico con el que había chocado en Starbuck el día que llegué y por supuesto que vestía impecable con unos pantalones de tela y una camiseta de una banda que no me era familiar. Su pelo ahora iba en una coleta dejando al descubierto su cara.
-Lo siento mucho-digo rápido, tomando la caja en mis manos de forma firme para que no se caiga.
-Se nos está haciendo costumbre el encontrarnos así-dijo él con gracia.
Sentí como mis mejillas ardían en mi cara y maldije internamente el hecho de habernos encontrado de esta forma tan absurda y similar.
Sus ojos azules me miraban con gracia, seguramente burlándose de mí.
-Tendré cuidado, espero que algo así no vuelva a suceder-dije rápido sintiéndome nerviosa ante él.
-No hay cuidado, podríamos seguir haciendo esto-rió él.
De todas formas, ¿Cómo es que topamos en el mismo edificio? ¿cabe la posibilidad de que este rubio misterioso y con vibra de bad boy viva aquí también?
Lo que pretendía ser una sonrisa resultó como una mueca a medida que me empezaba a seguir mi camino hasta el tercer piso, él creo que iba bajando.-¡No vemos luego, entonces!-gritó burlón
Espero que no.
Una vez arriba pude apreciar como el abuelo descansaba en el sofá viendo satisfecho el trabajo que había hecho. Yo sonreí apartando de mi mente la vergüenza que había pasado por segunda vez con el rubio.
-Estas roja-dijo el abuelo- ¿Todo bien cuando venías de vuelta?
Él si me conocía bien.
-Choqué con alguien-reí nerviosa- No fue nada, pero si bastante vergonzoso.
Pedí comida china y en menos de veinte minutos ya la habían traído y me senté con el abuelo a comer conversando de forma trivial cosas que habían pasado estos últimos años.
Él me contaba cosas del hogar, discusiones con la abuela que terminaban en risas y como le gustaba estar conmigo.
Realmente pasar tiempo con él me encantaba... incluso si repetía las mismas historias cada vez que nos veíamos.
-Quiero contarte algo-dijo él de forma nerviosa- Rose ha invitado a algunas personas a la casa... Son personas que te conocieron de pequeña y que se mueren por verte-dijo él.
-No podré librarme de esto, ¿Verdad?-pregunté mordiendo mi labio.
-Tu abuela me obligó a no decir nada, para que no pudieras decir que no-rió con gracia.
Ver a las personas que me conocieron cuando era una bebé no era uno de los planes que me encantaría hacer pero no podía negarme... no con la abuela.
Terminé cediendo y me cambié ropa para poder lucir bien con todas las personas que me verían hoy. Opté por pantalones negros ajustados y una camisa... realmente no quería esforzarme tanto.
Deje mi pelo suelto y me maquille un poco más de lo usual. Mi abuelo levantó ambos pulgares cuando me vió e hizo que diera una vuelta.Vamos a ello. Pensé dándome ánimos
Conduje a casa de los abuelos sintiéndome nerviosa de encontrarme a tanta gente que estoy segura no recuerdo.
Cuando entramos vi la mesa ordenada y en los sillones alrededor de cinco personas que al verme, exclamaron con sorpresa lo grande que estaba.
-¿recuerdas a mis amigas?-Preguntó la abuela.
-Uhm... no-reí mientras me sentaba.
-Han pasado al menos 15 años desde que no te veía, cariño-Dijo una señora rubia, más joven que el resto de señoras- Soy Liz Hemmings.
Vaya, ese apellido si que lo he escuchado en todos lados desde que llegué a Greenville.
Cuando pasamos a la mesa a cenar, me senté al fondo para poder pasar inadvertida aunque no creía que fuera algo posible. Cuando mi abuela estaba por sentarse sonó el timbre y ella con una sonrisa fue corriendo a abrir la puerta.
Mientras se acercaba, se escuchaba como reía y cuando llegó a la mesa miré incrédula quién la acompañaba.
-¿qué haces aquí?-dije al rubio alto con el cual había chocado ya dos veces.
-Vaya vaya...-Dijo él de forma burlona.
-¿Ya conoces a Luke Hemmings?-preguntó la abuela encantada.
Así que él era el famoso chico que tanto habían hablado.
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Prohibido l.h
FanfictionJosephine había perdido la confianza que alguna vez la caracterizaba y se encontraba decidida a evitar cualquier tipo de problemas después de romper con el novio de años que cuando conoce a Luke Hemmings, sabe que con su sola presencia su mundo esta...