Nada más entrar en la habitación donde se encontraban todas las seleccionadas, Evelyn sintió una multitud de miradas taladrarle. Era la primera vez que tantas personas le observaban al mismo tiempo, y eso consiguió ponerle nerviosa, más incluso que cuando había salido a hablar a solas con el príncipe.
Comenzó a caminar hacia su asiento rehuyendo la mirada de todas las chicas a paso ligero y esperó a que volviesen a prestarle atención a la señorita Elise cuando se hubo sentado, con la cabeza gacha y la vista perdida en la mesa.
Quería demostrarle a todas las seleccionadas que no le afectaba el cómo le mirasen, pero llevarlo a la práctica era más difícil de lo que esperaba: el corazón le latía con fuerza y era incapaz de elevar la vista, simplemente deseó no volver a pasar por la misma situación.
El resto del día se le hizo prácticamente eterno. Permanecía en todo momento acompañada de Brielle y, de vez en cuando, de Bianca y Azalea, aunque apenas estaba atenta a las conversaciones que tenían. El rumor de que Stefan estaba interesado en ella se extendió tan rápidamente que tanto a la hora de la comida como de la cena no solo el resto de seleccionadas mantenían sus ojos clavados en ella sino que el resto de la familia real y algunos sirvientes de palacio también le observaban sin querer disimularlo.
- Buenas noches. - Se despidió Evelyn con un hilo de voz subiendo a su cama con ganas únicamente de dormir.
Había salido prácticamente corriendo del comedor y automáticamente se había dirigido al baño; quería hacerlo todo rápidamente para poder descansar de una buena vez por todas.
Echó la cortina de su cama y se tumbó en el colchón, observando el blanco techo. Por fin estaba a solas, o todo lo sola que pudiese estar en una habitación con treinta y una chicas más. El primer día que había pasado entero en palacio había sido totalmente agotador, ¿y si todos los días eran así? ¿Cuánto podría aguantar?
Cerró los ojos y soltó un suspiro agotada, estaba comenzando a echar de menos su antigua vida, y eso que ni siquiera había pasado una semana y que antes de ser seleccionada acababa exhausta de tanto trabajar. Sin embargo, podía disfrutar de pequeños momentos con su familia y no tenía que aguantar la presión de comportarse y decir lo que esperaban de ella, ni los nervios por si era eliminada o no.
- Evelyn, ¿ya te vas a dormir?
La joven abrió los ojos y arrugó el entrecejo al mismo tiempo, no tenía fuerzas para tratar con Ada a esas horas, no después del día que había tenido.
- Sí. - Respondió cortante, esperando que la chica rubia dejase de insistir.
Pero no tuvo tanta suerte: Ada abrió la cortina y dejó que Evelyn viese esa sonrisa que anunciaba que tramaba algo.
- Las chicas y yo pensamos que sería agradable hablar, entre todas. Ya sabes, para que nos conozcamos un poco, ya que vamos a pasar un tiempo juntas.
Evelyn dirigió una rápida mirada general al dormitorio. Parecía que todas las chicas estaban observándola nuevamente, nadie hablaba, solo le miraban. No tenía ganas de seguir fingiendo.
- Pues hacedlo. - Respondió en un tono bajo, para que solo Ada le escuchara, y se dio la vuelta sobre el colchón, enfrentando la pared.
- Vamos Evelyn, ven a hablar con nosotras, como cuando éramos pequeñas y teníamos charlas de chicas.
- No lo recuerdo.
- Pues participa en la conversación para recordarlo.
- No me apetece.
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La Selección
RomanceEn un mundo donde los príncipes eligen a sus esposas mediante una competición, Evelyn hará todo lo posible por permanecer hasta el final. *Basada en las historias de Kiera Cass, pero cambiando los personajes y la trama ligeramente* Espero que te gu...