DIBUJANDO

13 4 1
                                    

El amor siempre es complicado, y la gran pregunta que me habían hecho a mí mismo anteriormente me daba vueltas en la cabeza muy seguido, así que decidí comenzar a aprender sobre las emociones ajenas. Y que mejor que hacerlo con Renata.

Desde ése día y sin parar, le preguntaba a Ren sobré aquel chico de su retrato. Pero como era de esperarse, ella no me diría nada, pues al parecer era un tema demasiado personal para ella. Pero aún así seguí con mi insistencia, pero está nunca dió frutos, por lo que comencé a investigar por mi cuenta.

Por primera vez y siendo desición propia, salí del salón en tiempo de receso. A Ren le pareció muy extraño y sorprendente de mi parte, pero por alguna razón no le pareció interesante al punto de seguirme. Pero una vez afuera me di cuenta de que Ren no era la única que se dió cuenta de mi presencia. Al parecer yo era una sombra para todos, pero el simple hecho de moverme fuera de mi espacio llamó la atención de todos.

Aún recuerdo esa sensación de incomodidad, los ojos de todos estaban sobre mi, y yo no podía soportar la cantidad de ruido que hacía, así que caminaba con la cabeza baja y las manos tapando mis oídos. «¿Realmente parezco un bicho raro?» me pregunté a mí mismo mientras caminaba entre los demás de la escuela.

Las instalaciones eran enormes, o al menos eso me parecía al estar viendo solamente el suelo. Traté muchas veces de levantar la mirada y buscar al chico del dibujo, pero cada vez que lo hacía, la mirada de los demás estudiantes me forzaban a bajar la vista una vez más.

Hasta que finalmente llegó mi salvador, o algo así, ya que yo no quería compañía.

Chris apareció en frente mío muy repentinamente, pero seguramente se preguntan como me dí cuenta de que era el, bueno, la verdad es que Christian siempre usaba un mismo tipo de calzado, muy característico del, siempre llevaba zapatos de vestir con el uniforme, algo curioso, pues al ser un chico extrovertido y rebelde nunca imaginé que usaría un calzado muy formal, incluso después de ver qué nunca respetaba el uniforme, siempre con prendas más o menos de las que debería portar.

El caso es que Christian apareció frente a mi, yo traté de esquivarlo, pero el me tapó el camino puniendo du cuerpo de por medio, eso me molestó un poco, pero por ese tipo de expresión estaba claro que quería algo de mi, así que solo pregunté por ello - ¿Que necesitas?

- ¿Por qué estás afuera? - me preguntó extrañado.

- No te incumbe - respondí un poco fastidiado.

- Oye, no hay necesidad de ser tan grosero.

- Perdón, pero el ruido me estresa un poco.

- Entonces era eso - Chris se dió la vuelta, buscó algo en su bolsillo y me lo entregó - Ten, tal vez te ayuden - se trataba de unos tapones para oídos - Que coincidencia, la verdad es que los iba a tirar porque no les encontré utilidad, pero a ti si te podrán servir.

El resto me pareció muy bueno, y debido a la situación, no tuve de otra más que aceptar - Gracias, te lo debo - Me puse los tapones en los oídos y por fin pude estar en paz.

- Y... ¿Por qué estás afuera? No es normal verte aquí en los patios.

- Buscaba a alguien.

- ¿A quien?

- No lo se muy bien, se llama Oscar, pero no he visto su rostro muy bien.

- ¿Osea que buscas a un desconocido?

- Algo así.

- ¿Por qué te interesa?

- Bueno... ¿Puedes guardar el secreto?

AMOR AUTISTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora