CONVIVENCIA

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Al despertar me encontraba en el sofá de la casa de Christian, tenía la mirada de su madre y mis compañeros sobre mi. Cuando abrí los ojos Renata me tomo del hombro y me ayudó a sentarme, todos me comenzaron a preguntar si me sentía bien o si me sentía mal de alguna otra forma, yo les respondí que ya me encontraba bien.

La madre de Christopher dijo que me llevaría a casa, a lo que me negué, le dije no quería ser una molestia y que era capaz de regresar a casa solo. La madre de Christian insistió pero Renata la interrumpió diciendo que ella me llevaría porque éramos vecinos, la mujer estuvo de acuerdo y me entrego nuestras cosas y nos acompaño a la puerta.

Renata me llevaba en su hombro, y cuando nos despedimos y salimos de la casa ella me soltó y me dijo que me dejara de exageraciones y que caminara solo, yo no me queje y asentí, y de un momento a otro lo poco mareado que tenía se me quitó, y pude seguir caminando.

Una vez en el transporte Ren comenzó a hacer preguntas - ¿Cómo es que terminaste desmayado en el suelo? ¿Qué estabas haciendo en el cuarto de Christian?

- No lo recuerdo muy bien, solamente recuerdo que estábamos riendo, y luego... Me golpeé... Creo.

- Será mejor que te revise un médico, perder la memoria por un golpe es más común de lo que se cree, pero para salir de dudas.

- Estoy de acuerdo.

En un total de treinta minutos llegamos a casa, pero antes de yo entrar a mi casa, Renata me detuvo jalándome de la camisa, me dio su celular y me dijo que le diera mi número de teléfono.

- ¿Por qué me pides eso?

- ¿No es obvio? Ya somos amigos, creo que podemos compartir más cosas que una plática ocasional.

Esas palabras me causaron un poco de conflicto, pues recordé como la última vez que me llamaron amigo, salí con el corazón roto - Lo siento, no creo que seamos amigos, pero puedo darte mi número, después de todo somos compañeros - dije con una sonrisa algo fingida. La sonrisa en la cara de Ren se desvaneció, y solamente asintió con la cabeza mientras portaba un rostro de decepción.

Una vez intercambiados nuestros contactos, nos despedimos y yo entre a casa. La verdad me gustó ese momento, a pesar de mi incomodidad algo de esa interacción me llenó el corazón con calidez, pero negué esa emoción por miedo a salir lastimado otra vez.

Al cruzar la puerta de entrada mi madre ya estaba esperándome ahí, tenía una gran mueca de felicidad en su rostro - ¿Cómo te fue? ¿Y por qué esa chica te vino a dejar hasta la casa? No mientas - mi madre parecía estar verdaderamente enérgica. Y fue esa misma energía lo que me impulsó a abrir mi espacio y contar todo.

Mientras más y más contaba, mi madre parecía entusiasmarse más, era como si mis palabras fueran una taza de café, cada se volvía más y más ansiosa. Y yo, por alguna razón seguía hablando. Nunca me había sentido tan alegré de contar las cosas; siempre fui sincero con mi familia, pero aquella vez el lazo entre mi madre y yo se volvió más fuerte.

De principio a fin mi madre mantuvo una gran sonrisa de oreja a oreja, y una vez terminé de hablar, mi madre me felicitó por lo que había hecho, para luego dejarme ir a descansar.

Al entrar a mi habitación deje mis cosas en la cama y me senté en la silla, saque mi celular de mi bolsillo y note que tenía un mensaje. Al abrirlo decía que era de un número desconocido, rápidamente di con la conclusión de que era de Ren, así que lo leí sin pensarlo mucho - "Nos vemos mañana en la escuela" - decía el mensaje.

De acuerdo con lo que decía el texto no dude en contestar inmediatamente "Igualmente", pero justo después de responder ese mensaje, uno extra llegó. Este mensaje también era de un número desconocido "Uriel soy Renata, espero podamos pasar buen día mañana, te veo en la escuela". Leí el mensaje y me quedé en shock.

«¿De quien era el primer mensaje» pensé en ese momento. Fue cuando se me ocurrió guardar el número desconocido para que la aplicación me diera el nombre del contacto inmediatamente. Así descubrí que el mensaje era de Christian.

Mi sorpresa fue obvia, tanto que incluso comencé a entrar en ansiedad. «¿Cómo consiguió mi número?» era la pregunta que pasaba por mi mente en ese momento y durante toda la noche.

Al día siguiente llegué corriendo a preguntarle a Renata lo sucedido, le reclamé el echo de que había prometido ya no meterse en mi vida tan repentinamente, y su respuesta me callo al instante.

- Lo siento, pero Chris me pidió tu número, no lo hice para molestarte, solamente quería apoyar para nuestros proyectos.

Entonces me dí cuenta de que el reclamo que hacía era estúpido - Lo siento no fue mi intención ofender.

- No te preocupes, pero si fue tu culpa por no preguntar, y un poco de Christian por no presentarse - Renata parecía comportarse sarcásticamente, pero ese mismo sarcasmo parecía forzado para ocultar algo.

Ella también se disculpó, dijo que debió avisarme de lo que aria y que en parte si tenía un poco de culpa, pero luego mientras conversación fue interrumpida por Daniela, llegó preguntando por la tarea de química y si podíamos pasársela, a lo que Renata respondió que si. Renata sacó su cuaderno y se lo entrego con una cara de disgusto, ella tomo el cuaderno y se lo llevó a su asiento, pero antes de que Daniel llegara a su lugar una hoja de papel se callo del cuaderno de Renata, nadie se percató, así que fui a levantarlo yo.

El pedaso de papel era pequeño, así que sería normal que nadie se diera cuenta. Y al levantarlo del suelo me di cuenta de que no era un dibujo. El retrato era bueno, pero la cara en la que estaba inspirado el dibujo no me parecía nada familiar, así que fuí y le pregunté a Renata directamente.

- Oye. ¿Quién es el? - pregunté positivamente.

Ren se dió cuenta de lo que tenía en la mano, y con una cara de sorpresa se levantó de su lugar, se acercó a mi, y con impaciencia me arrebató el dibujo de la mano - No tomes mis cosas - dijo algo molesta.

En ese momento me indigné, el comportamiento de Ren no me parecía justo, así que fuí a reclamarle - Oye no se vale, yo quiero saber quién es.

- No tengo por que decirte nada - Ren tomó la hoja, la guardó en su mochila y se dió la vuelta para no verme.

- Oye, no hagas eso, yo te enseñé mis dibujos, tu tienes que enseñarme los tuyos.

Ren seguía con actitud negativa, así que yo también me molesté, me senté en mi lugar y le reclamé - No puedo creer que seas igual a los demás.

Y al parecer esas palabras hicieron reflexionar a la chica sobre sus acciones, porque después de eso me respondió más tranquila.

- Se llama Oscar, y si te lo preguntabas, si, si me gusta - Ren parecía estar algo apenada por lo que acababa de confesar, y yo le respondí de una forma positiva -Me da gusto.

Y así fue como me dí cuenta de que aquella chica can rara, también podía sentir cosas por alguien como una persona normal. Pero yo me puse a pensar « Si ella lo logró, ¿por qué yo no?».

La verdad es que en ese entonces las emociones agendas no me importaba mucho, pero darme cuenta de que Renata estaba enamorada de alguien, me hacía reflexionar sobre mí mismo. Nunca me importó estar solo, nunca me importó el silencio, y mucho menos las otras personas, pero me comencé a preguntar «¿Será que en alguna parte hay una persona con la paciencia y el interés suficiente para enamorarse de mi?». Y la respuesta a esa pregunta estaba más cerca de mi de lo que en verdad esperaba.

*Espero que les esté gustando la nueva trama*

AMOR AUTISTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora