📅 MIÉRCOLES 16 DE FEBRERO DE 2022
📅 CASI UNA SEMANA DESPUÉS
Karisa miraba a Carlos con ceño fruncido y los labios apretados. Sus mejillas estaban sonrosadas y el enfado era aún evidente en su rostro. Sus puños estaban a ambos lados de sus costados y podía sentir como sus uñas se clavaban en su piel.
- No tengo todo el puto día Karisa, ve a hacer la maleta, en una hora nos vamos –le dijo Carlos terminando de hacer la suya.
- Querrás decir, te vas –le recordó ella con una irónica sonrisa.
- ¿Quieres discutir? Si quieres lo hacemos, pero te recuerdo que voy a ganar yo, así que ya puedes ahorrártelo.
Karisa resopló frustrada y al ver que no iba a conseguir nada, salió de la habitación de Carlos para ir a la suya, la cual estaba enfrente. Sabiendo que no tenía sentido discutir, tal y como él le había recordado, buscó la famosa maleta y empezó a meter ropa en ella.
Segundos después, escuchó los pasos de Carlos entrando en la estancia, pero, los ignoró. Aunque, cuando sintió sus manos deslizándose por su cintura, todo su autocontrol se quebró. Desde la noche del ataque, dormía todas las noches con él. No se atrevía a estar sola y necesitaba estar cerca suya. Aunque estaba resultando ser un verdadero suplicio, pues anhelaba algo más que sus piernas enredadas con las suyas.
- Debería obligarte. Darte una de mis frías miradas y que tú me hicieras caso sin rechistar –le dijo él aspirando el suave aroma anaranjado de su pelo. Sus dedos acariciaban su vientre con mucha lentitud, haciendo que ella temblara con cada roce de estos.
- Te voy a hacer caso, no te quejes –Carlos la giró hasta tenerla delante de él. Miró sus ojos y chasqueó su lengua con fastidio. Esa pequeña chispa que había en la mirada de la chica, la que tenía desde que estaban en Maranello, había desaparecido desde el ataque y anhelaba verla otra vez.
- Karisa, no puedo llevarte a los test de Barcelona. Tenemos un nuevo Ingeniero Jefe, vamos a probar por primera vez nuestro coche en un circuito de verdad y necesito tener mis cinco sentidos en ello –le confesó él con una pequeña sonrisa tranquilizadora. La verdad era, es que ahora mismo no quería exponerla tan pronto al circo de la Fórmula Uno. Ya habría tiempo de eso.
- Y si voy yo te distraigo, eso está claro –su boca se torció aún enfadada. Podía sentir como temblaba bajo sus brazos y aunque entendía que estuviera así, Carlos estaba haciendo lo que pensaba que sería, lo mejor para ella.
- Pues sí, me distraes. Eres una maravillosa distracción Karisa –Carlos le dio una sonrisa burlona que ella no le correspondió. Era algo más por lo que estaba así. Estaba segurísimo- a ver, dime que te atormenta, chiquita.
- Sé que no tengo derecho a quejarme y que tengo que acatar lo que tú digas, pero, no quiero volver a Nusa.
Los ojos de Karisa reflejaban miedo. Terror. Pánico pensando en que tuviera que volver a la mansión de los horrores, como ella le llamaba. Bajó su mirada intentando retener las lágrimas, pero, no lo pudo lograr pues empezaron a rodar por sus mejillas. Carlos lo entendió todo al instante. Puso dos de sus dedos en su barbilla, y se la alzó para que ella lo mirara.
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NARDIÁN
FanfictionHubo un tiempo en el que fue el ángel de la Fórmula Uno. Siempre correcto y amable. Educado y sincero. Lo adoraban y querían ser como él. Hasta que tuvo que ser la única opción para salvar a su familia. Lo que le llevó a convertirse en ese diablo q...