𝟙𝟟. 𝕊𝕦 𝕚𝕟𝕘𝕣𝕒𝕥𝕠 𝕥𝕣𝕒𝕓𝕒𝕛𝕠

1.1K 242 348
                                    

📅 POR LA NOCHE

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

📅 POR LA NOCHE

" - ¿Estás segura? -pregunto él poniendo una de sus manos en mi cintura, lo que hizo que me paralizara al instante.

-Contigo nunca estoy segura de nada, pero siempre quiero todo-le respondí y sin pensarlo ataque su boca, con pasión, con deseo y con mucho amor contenido, de ese que sabes que no
puede ser y tratas de esconder, pero a la menor provocación emerge con furia.

Pablo me levantó, provocando que mis piernas rodearan su cintura, me revolví un poco y pude
sentir como él necesitaba esto tanto como yo, su miembro endurecido peleaba con sus pantalones para salir.

Me dirigió a la cama y caímos juntos, cómo pudimos, nos quitamos la ropa que hacía mucho tiempo nos estorbaba y nos miramos fijamente, sus ojos llenos de deseo hicieron que el cosquilleo en mi vientre se volviera aún más intenso y como pude le dije -te amo mucho más de lo que yo quisiera-, él sonrió de lado y me respondió

-Entonces no me obligues a casarme con ella, vámonos ahora-

Comenzó un camino de besos desde mi cuello hasta mis pechos, los tomo entre sus manos y saboreo mis pezones como quien sabe que probablemente nunca lo volverá a hacer.

El camino de placer siguió hasta mi sexo, yo gemía con intensidad y me agarraba de su cabello
con fuerza, mientras él con su lengua iba trazando círculos.

- ¡Sabes a la gloria misma María!- dijo el mientras se apresuraba a quitarse el bóxer, la vista que me regaló solo hizo que mis ganas se volvieran aún más fuertes, en cuanto regreso a mi, tomé valor y me gire para quedar encima de él.

-El ritmo lo marco yo- le dije con la mirada fija en él y con una sonrisa coqueta, enseguida tome su pene con mis manos y después de una caricias, lo introduje poco a poco en mi, quería sentirlo, sabiendo que tal vez era la última vez que lo hacía.

Oírlo gemir era música para mis oídos, así que poco a poco fui acelerando el ritmo, sabiendo que íbamos a llegar juntos al clímax, cómo tantas veces lo habíamos hecho, sus manos apretaban mis caderas y de vez en cuando dejaba caer su mano con fuerza, sabía que eso me volvía loca.

-No te detengas mujer, vamos a llegar juntos- exclamó como pudo entre jadeos

Pero no hice caso, pare en seco y me acerque a su boca; con las pocas fuerzas que me quedaban le dije -no quiero que te cases con ella, pero tampoco quiero hacerla sufrir, es mi mejor amiga- y retome el ritmo, el capturó mi boca y así, besándonos llegamos al mejor orgasmo de nuestras vidas...

Verlo dormir a lado de mi siempre fue mi momento favorito, tal vez más que el sexo, era perfecto, su cara, su pelo, todo él era magia para mí. Poco a poco fue abriendo los ojos y al verme esbozo una pequeña y adormilada sonrisa.

NARDIÁNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora