ℂ𝕠𝕦𝕝𝕕 𝕓𝕣𝕖𝕒𝕜 𝕪𝕠𝕦𝕣 𝕙𝕖𝕒𝕣𝕥? • [ 𝚃𝚊𝚎𝙺𝚘𝚘𝚔 ]

08.

Taehyung se encontraba vagando por la ciudad de Seúl, siendo un chico de dieciséis años, de cabello castaño, de un castaño tan obscuro que parecía negro. Solía recorrer las calles de Seúl, aquellas que eran menos transitadas y estaban lejos de lo que era la ciudad central.

El teléfono en el bolsillo izquierdo de su pantalón no dejaba de emitir aquella vibración anunciando un llamada, a la cual como siempre no presto atención, sabía perfectamente de que se trataba de quien era su tutor en la preparatoria.

Era la tercera vez en la semana que no llegaba a clases.

Sabía que tarde o temprano su tutor iba a cansarse de insistir en tenerlo en clases, probablemente llamaría a sus padres y les haría saber que su rebelde hijo nuevamente estaba escapando de la escuela, tenía noción de que una fuerte pelea vendría con ello, pero, ¿Qué importaba? De todas formas todo terminaba igual, luego de una pelea simplemente volvían a ignorarlo el resto de su estadía en casa.

El sabía que no era tan importante para sus padres.

—¡Hey! ¿No eres tú Kim Taehyung?

El aludido salió de sus pensamientos ante el llamado, mirando hacia su lado izquierdo en donde se encontraba un pelirrojo siendo sacudido por el cuello de su camisa por otro chico de cabellos rubios.

—¿Conoces a ese tipo?—Preguntó el rubio, soltando la camiseta del pelirrojo al instante.

—¡Claro que lo conozco!—Rió sacudiendo su chaqueta color verde y arreglando el cuello de su camisa antes de acercarse a un perplejo Kim, lo abrazo amistosamente por los hombros, sacudiendolo de forma algo brusca.—¡Somos amigos!

"¿Amigos? Literalmente solo hemos hablado dos veces en el museo."

Pensó el castaño al sentir el trato tan familiar y amistoso con el que Hoseok (como el mismo le había dicho que se llamaba) lo trataba justo ahora.

—¿En serio? El chico ni siquiera parece conocerte.—Dijo Jin-young, saliendo detrás del rubio que antes había sostenido a Jung por el cuello.

Taehyung al instante fue conciente de la expresión que tenía en el rostro.

Realmente se veía como alguien asustado. Aunque era comprensible, después de todo el pelirrojo lo había tomado por sorpresa.