ℂ𝕠𝕦𝕝𝕕 𝕓𝕣𝕖𝕒𝕜 𝕪𝕠𝕦𝕣 𝕙𝕖𝕒𝕣𝕥? • [ 𝚃𝚊𝚎𝙺𝚘𝚘𝚔 ]

05.

"El piso manchado de sangre, las gotas rojo escarlata resbalando desde su nariz hasta impactar en aquellos azulejos de un pulcro color blanco. Ambos chicos mirándose fijamente con la respiración agitada. La música de fondo ensordeciendo sus sentidos. Sus amigos de seguro se encontraban en medio de la pista de aquel antro bailando sin preocupación alguna.

El castaño trató de acercarse al otro, limpiando suavemente la sangre de su nariz debido al previo golpe que había recibido, con el dorso de su mano hizo un intento por borrar el rastro de sangre aunque fue inútil, pues aquel líquido rojo volvió a brotar unos segundos después.

—No te acerques.—Ordenó el pelirrojo mientras retrocedía hasta chocar con la pared del baño, alzando su mano temblorosa y salpicada de sangre, con los nudillos rojizos debido a la fuerza con la que apretaba sus dedos.—No des un paso más... o no podré perdonarte... te juró que si te acercas no voy a perdonar-

De pronto sus muñecas fueron apresadas con fuerza, su espalda chocó con brusquedad contra el frío azulejo de la pared, el miedo inundando sus sentidos, sus ojos humedeciendose ante las prontas lágrimas.

Aquellos ojos verde esmeralda que alguna vez lo miraron con ternura ahora se veían sombríos, opacos.

—T-Taehyung... n-no...

El castaño acercándose lentamente, jadeos fuertes abandonando su garganta.

Iba a devorarlo, definitivamente iba a hacerlo.

—Chicos... ¿qué esta sucediendo aquí?

Aquella voz proveniente del rubio hizo a ambos chicos mirar en su dirección, la puerta del baño había sido abierta repentinamente por el mayor, se mantenía en el umbral de la puerta admirando aquella escena, la mirada de horror en su rostro le terminó de confirmar al pelirrojo lo que tanto temía.

SeokJin estaba tan asustado como el.

Porque quien lo apresaba ahora mismo contra la pared no era Kim Taehyung.

Era un monstruo."

—Luces patético... solías ser más atractivo hace unos cuantos años.

La sonrisa burlona del pelinegro lo tomó por sorpresa, mirando con total asombro al hombre que se había presentado frente a el en aquel restaurante.

Pese a que las luces del lugar no eran tan brillantes de alguna forma se sentía cegado, un fuerte dolor de cabeza le hizo sentirse mareado repentinamente, sintiendo nauseas, por lo que apretó la servilleta entre sus manos tratando de calmarse.

Jung deslizó suavemente la silla frente al castaño para finalmente tomar asiento en ese lugar, llamando con un ademán al mesero se dispuso a ordenar algo para cenar sin prisa alguna, tomándose su deliberado tiempo para escoger lo que más le gustaba del menú. Cuando lo hizo el mesero se retiró en silencio, sin preguntar al castaño si deseaba ordenar algo pues este parecía estar en shock.