18.

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El suave contacto en su mejilla de unos labios tibios lo hizo abrir los ojos un poco, sonriendo sutilmente al ser conciente de quien era el dueño de aquella boca que había dejado un beso en sus mofletes.

—Ya es hora de despertar, Taehyung.—Murmuró un sonriente azabache a su lado, quien estaba arrodillado junto a la cama en ese momento sin dejar de observarlo.

El menor portaba una sudadera gris, la cual estaba abierta hasta la mitad de su pecho, permitiendo dejar a la vista su trabajado pecho, Taehyung se sintió más agradecido por ser recibido con tan preciosa vista en plena mañana.

—Vamos, tenemos que prepararnos para ir a la oficina.—Susurró Jeon al levantarse, dejando a la vista sus trabajadas y fuertes piernas, pues solo estaba usando unos shorts cortos color negro.

Kim se apresuró a sostener su mano, tirando lentamente de él para volver a acercarlo mientras abultaba sus labios.

—¿No podemos quedarnos a dormir un poco más?—Pidió.

—Me temo que no, llegaremos tarde.—Jungkook suspiró al verlo no querer ceder, por lo que con delicadeza se inclinó un poco y dejo un corto beso en su frente, consiguiendo borrar el puchero en sus labios al reemplazarlo por una sonrisa.—Conformate con eso, tenemos que llegar a la oficina. Ni siquiera porque sea su cumpleaños lo dejare excentarse al trabajo.

Ante la mención de eso Taehyung rió un poco y soltó su mano, viéndolo salir de la habitación y dejarlo solo.

Se quedo unos minutos más observando la puerta por donde su novio había salido, antes de levantarse e ingresar al baño de la habitación de Jeon para poder tomar una ducha.

Era su cumpleaños.

Si, siendo 30 de diciembre por fin estaba cumpliendo años, aunque siendo sinceros esa fecha nunca había sido de su agrado, no porque fuera supersticioso y no le agradará cumplir años, sino porque sus antiguos cumpleaños nunca habían sido de su gusto.

Siempre estaba solo.

Es por ello que los años pasados siempre pasaba desapercibida esa fecha, incluso si su hermano siempre le daba un obsequio al igual que sus padres siempre sentían que eran regalos vacíos o por compromiso, y aunque muchas veces sus padres insistían en que se tomará el día libre para hacer algo que le gustará siempre desistia.

Prefería mantener su mente ocupada en algo para evitar sentirse nostálgico durante ese día.

Al terminar de ducharse salió del baño, viendo su traje ya acomodado en la cama, sonrió, sabiendo que Jungkook se había tomado el tiempo de dejarlo ahí para que el se vistiera en cuanto saliera, y eso hizo, dejando como siempre la corbata suelta alrededor de su cuello, no porque no supiera colocarla, sino porque adoraba que fuera Jeon quien se encargará de anudarla.

Esa rutina monótona le resultaba maravillosa.

Finalmente salió de la habitación, recorriendo el pequeño pasillo del departamento de Jeon hasta llegar a la sala, en donde pudo vislumbrar al azabache en la cocina, al parecer buscando algo en la nevera.

—Se supone que yo debía hacer el desayuno hoy.—Habló el mayor desde la sala, dirigiéndose directamente al comedor.

Jungkook lo miró de reojo y sonrió.

—Esta bien, ya que es su cumpleaños esta vez lo haré yo.

—Realmente no es una fecha de gran importancia.—Susurró al sentarse en una de las sillas del comedor.

Le dio la espalda al menor, viendo hacia una de las ventanas del departamento, estaba nevando de forma suave.

—Es de importancia para mí.—Dijo Jeon al acercarse a él.

ℂ𝕠𝕦𝕝𝕕 𝕓𝕣𝕖𝕒𝕜 𝕪𝕠𝕦𝕣 𝕙𝕖𝕒𝕣𝕥? • [ 𝚃𝚊𝚎𝙺𝚘𝚘𝚔 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora