CAPITULO 25°

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Jeanne

Me levanté temprano y entré a la habitación de mi hermano.

—Quiero celebrarlo, pero quiero que sea algo pequeño. Tal vez en un restaurante —hablaba con mi hermano sobre la preparación del cumpleaños de Félix.

—Está bien ¿Cuál tienes en mente?

—Al que ha querido ir, el que está lleno de luces.

—¿Rissot?

—Sí.

—Haré una reservación. Tu encárgate de la decoración y el pastel.

—Lo haré.

Planee con las chicas cada detalle, invitados, pastel y decoración. Los invitados seríamos siete. Al comentarle a mi hermano él dijo que seríamos ocho, no quise preguntar quien era el octavo, pero no me negaría a un invitado más.

Entré a mi habitación donde él yacía dormido. Le había preparado el desayuno y le había puesto unas velas que había encontrado en la alacena.

—Feliz cumpleaños a ti. Feliz cumpleaños a ti —comencé a cantar y él se levantó con una sonrisa aun adormilado—. Que los cumplas feliz. Cumpleaños, cumpleaños, cumpleaños a ti. Pide un deseo.

Él se lo pensó un momento y sopló las velas.

—Ven acá. —Me beso y esas fueron sus gracias.

Se vistió y al bajar mi padre, Helena y Jason lo felicitaron. En la tarde con las chicas salí a comprar el pastel, decoraciones y el regalo.

Cuando terminamos las compras fui con Félix donde Lucas. Él como siempre con su emoción se lanzó hacia mí con un fuerte abrazo.

—Te extrañe mucho —dije en señas.

—Yo igual —dijo en lengua de señas.

Vimos tele con él, fuimos a por helado y vimos una película con palomitas. Jugamos juegos de mesa y Lucas me mostró sus nuevos dibujos, en uno de ellos aparecía Félix y yo tomados de la mano. Sonreí y le pedí a Lucas que me diera el dibujo y él me lo regaló.

De salida donde lucas fuimos a visitar a la abuela. Ella al abrir la puerta soltó un grito ahogado al vernos y nos abrazó fuerte. Su casa no había cambiado en lo absoluto, era como viajar al pasado. El papel tapiz de flor, los adornos antiguos, los retratos, todo...

Preparamos galletas con ella y le dio un pequeño presente a Félix. Él se emocionó, mi abuela nunca borró la sonrisa que tenía, estaba feliz de vernos. Me dolió mucho cuando era hora de irnos a la cena.

Me puse el vestido que Helena compro para mi y me puse un poco de maquillaje y unas sandalias. Él se puso una camisa negra y un pantalón del mismo color de esta.

Llegamos al restaurante donde ya todos estaban esperándonos. Entramos y se veía una mesa grande decorada de color dorado, globos, confeti y un gran cartel que decía feliz cumpleaños.

—Esto es... —comenzó a decir Félix.

Se acercó a la mesa, saludó, abrazó y agradeció a todos los invitados.

—Muchas gracias.

—Fue idea de tu novia —dijo Sophie dándome crédito.

Él se giró hacia mí, se acerca y me deposita un corto beso.

—Ya llegué —Una voz femenina que reconocí hizo voltear a verla. Pelo rojizo, ojos verdes, cuerpo tallado...

—Mía, viniste. —Félix se aleja de mí para acercarse a la famosa Mia y saludarla.

Amor sobre hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora