CAPITULO 14°

35 4 0
                                    

Jeanne

Mis ojos ardían un poco y sentí mi garganta totalmente seca que me dolía para tragar. Me incorporé despacio y vi un vaso de agua en mi mesita de noche.

Fui al baño, al mirarme en el espejo estaba hecha un desastre así que me lave la cara con agua fría y una sensación de relajación me recorrió. Mire mi teléfono ya eran las diez de la mañana y en mi bandeja habían más de 40 mensajes.

Abrí rápido el chat y las personas que aparecían eran Lorel, Jason y Félix. Abrí el chat de la primera que tan solo era un mensaje.

Lorel: Espero estés bien, me avisas cuando te sientas mejor.

Seguí con el segundo.

Jason: ¿Jeanne estás bien?

Jason: Lorel me contó lo que pasó

Jason: Llegaré a casa después de las nueve.

Fui al último chat el cual tenía más de 20 mensajes.

Félix: ¿Dónde estás Jeanne?

Félix: Por favor responde.

Félix: Jeanne me estás preocupando ¿Dónde estás?

Félix: Contesta la llamada por favor.

Félix: Jeanne.

Félix: Enserio Jeanne estoy como loco buscándote.

De eso seguían casi nueve llamadas perdidas de él. Aquellos mensajes fueron enviados a las dos y media de la mañana a esa hora ya estaba en mi casa.

Félix: Lorel me contó lo que pasó.

Félix: ¿Estás bien?

Félix: Mejor voy para allá.

Entre más mensajes por el estilo. Aquel último mensaje fue enviado hace casi una hora. Al bajar escuche risas femeninas y una voz varonil bastante identificable.

—¿Entonces que paso? —preguntó Helena.

—Solo saltamos y en la foto quedo con una cara muy graciosa.

Terminé de bajar las escaleras y estaban Helena y Félix charlando. Cuando me vieron Helena fue la primera en reaccionar.

—Cariño buenos días ¿Cómo seguiste? —Se acercó y me puso una mano en mi frente—. Ya no tienes fiebre eso es bueno.

Miré a Félix que se puso de pie y se acercó a mi. No dijo nada y solo se quedó mirándome. La noche de la fiesta aún la tenía en la cabeza. La música, las bebidas, Félix y Cristina besándose y luego yo vomitando. Increíble.

—¿Cariño te preparo el desayuno?

Dirigí de nuevo la mirada a Helena y asentí. Caminé sin dirigirle la mirada a Félix y me senté en el taburete de la cocina.

—¿Y mi papá?

—Se fue al mercado. Vendrá pronto.

Admito que hubo un silencio incómodo entre Félix y yo mientras Helena preparaba mi desayuno. Ella puso un plato de huevos enteros y un trozo de tocino, sonreí al ver que formaba una carita feliz. Comí en silencio pero Helena y Félix volvieron a hablar de lo que estaban hablando. Mi papá llegó, se acercó a mí y me abrazó. Tome aquel acto por sorpresa pero le regrese el abrazo.

—¿Cómo estás hija? ¿Te sientes mejor?

—Un poco.

Dejó un beso en mi frente y descargó el mercado.

***

Me había quedado dormida viendo una película, baje las escaleras, tenía una corazonada de que Félix se había ido pero no fue así porque estaba sentado en el sillón de la sala junto con Helena que veía un programa de televisión.

Amor sobre hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora