CAPITULO 11°

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Jeanne

Hoy no me apetecía ir al colegio, pero tampoco me gustaría quedarme en casa. Jason llegó a la madrugada y nos preparamos para irnos, ambos decidimos que iríamos caminando, no queríamos relacionarnos con papá.

Cuando nos preparábamos el desayuno mi padre apareció en medio del pasillo ya listo. No le dirigimos mucho la mirada, pero yo solo me limité a saludarlo.

—Iré calentando el auto —dijo al ver que ya estábamos casi listos.

—No es necesario. Iremos caminando. —Mi hermano no le dirigió la mirada con su comentario.

—Pero queda un poco lejos —Explicó papá.

—Eso no es problema, incontables veces vinimos caminando.

Mi padre no siguió sacando excusas y se quedó mirándonos a ambos.

—Vamos Jeanne. —Mi hermano tomó su mochila y me llamó.

—Adiós, los amo chicos. —Papá forzó una sonrisa al despedirse.

—Demuéstralo —dijo mi hermano y eso me pareció un golpe bajo hacia mi papá.

Ambos entramos a algunas clases, pero decidimos saltarnos las dos últimas. Los dos nos tumbamos en los escalones esperando a que terminaran las clases.

—¿Dónde fuiste anoche?

—A la casa de Triz.

Asentí y me limité a ver mis zapatos.

—Hola Jeanne —Una chica con rizos definidos y lentes llamada Cristina se acercó a nosotros.

—Hola.

—¿Te gustaría ir a una fiesta que habrá en la playa por las afueras de la ciudad?

Me planteé millones de cosas porque ella me invitaba, Cristina era una chica estudiosa y dedicada. En algunas clases me tocaba hacerme con ella y era buena persona, tal vez solo fue un gesto amable.

—¿Cuándo es?

—Mañana en la noche. Dame tú numero así te mando la ubicación y allí nos vemos. Y puedes llevar a quien quieras.

—Está bien. Gracias,

***

Cuando llegamos a casa mi padre no estaba. Le pregunté a mi hermano si iría a la fiesta conmigo, pero dijo que no ya que tendría una cena con los padres de Triz. A Félix no lo dejaron ir por una visita que tenía en casa de su primo.

Cristina: Esta es la ubicación.

Jeanne: Gracias.

En la noche Félix fue a visitarnos y a advertirme que no sería buena idea que fuera sola.

—No creo que deberías ir, no estaré allí.

—¿Para qué? ¿Para cuidarme? No es necesario, solo voy a la fiesta y ya, no es para tanto. Además regresare temprano.

—No lo sé Jeanne.

—Deja de pensar que algo malo me pasará y mejor ayúdame a escoger que ponerme.

—Jeanne. Todo te queda perfecto.

—Ya lo has dicho un montón de veces y no ayuda. —Él resopló y se incorporó de la silla de mi escritorio—. Este será el escogido.

—Me parece genial.

—Perdón por hacerte perder el tiempo en estas cosas.

—No haces perder mi tiempo, haces que cada minuto valga la pena. ¿Lista?

Amor sobre hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora