Epílogo/ Soy feliz

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Jeanne

Soy feliz y no me importaría gritarlo al mundo entero. 

Nos encontrábamos en unas vacaciones familiares. Félix se retiró por un tiempo del Hockey para cuidar de Nabi, Adam y de mi.

Éramos una familia de cuatro. Caminaba de la mano de Félix por la arena, escuchando las olas de fondo. Nabi sostenía la mano de Félix y yo ayudaba a Adam a caminar. Estaba aprendiendo.

Había un hermoso atardecer, tan hermoso que Nabi lo aprecio por un tiempo como una obra de arte para después decir.

—Miren, es hermoso.

—Lo es. —Afirme.

Félix cargó en brazos a su hija y la llevó a la orilla del mar, yo hice lo mismo con Adam. Nabi jugaba con su padre y yo ayudaba a acostumbrar a Adam al agua del mar.

—Soy feliz. —Pronuncie. Félix me miró y sonrió— ¡Soy muy feliz!

—¡Y yo te amo! —grito aquellas palabras.

—¡Yo también te amo! —Me acerco a Adam y le doy un fuerte beso—. Y también te amo a ti. —Tomo de la mano a Nabi y besó su palma de la mano—. Y a ti, también te amo.

Pasamos toda la tarde en la playa, mirando a Adam jugar con su hermana tratando de armar un castillo de arena.

Estaba sentada junto a Félix en unas sillas de playa con mojitos y una sombrilla que nos cubría del sol. Él extendió su mano hacía mí, mire su anillo de bodas y añore el recuerdo. Tomo su mano y disfruto de la vista, a mis hijos jugando, disfruto el mar y sus olas, disfruto estar junto a la persona que amo.

—Al final sí fue como la historia de un libro, como un cuento de final feliz para siempre. —Digo mirando hacía más allá del mar.

—Nuestra historia de amor.

—Una historia que nunca llegará a su fin, una que continuará.  

A lo largo de este camino, de esta historia me di cuenta que si fui feliz, obtuve varios momentos de felicidad sin siquiera darme cuenta, creyendo que al lograr mi sueño seria feliz, y lo soy, pero la búsqueda de la felicidad no se trata de obtenerla por medio de algo que queremos, sino de disfrutar los pequeños momentos que nos dan felicidad. Porque la felicidad puede estar frente a ti, puedes disfrutarla y sin ni siquiera buscarla.

Amor sobre hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora