CAPITULO 19°

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Jeanne

—Cariño llegó el gran día —Helena me acaricio con cuidado el cabello despertándome—. Ya es hora.

Me senté con su ayuda y abrí los ojos. Mire a mi alrededor y el hermoso vestido azul estaba tendido en mi silla del escritorio.

Pronto me bañé y me puse el pequeño vestido que ya tenía en mi armario de color rosa para la seremonia. Mi padre ya estaba vestido de traje y sin hablar de Helena que tenía un hermoso vestido rojo y estaba maquillada.

—Buenos días cariño, te ves increíble.

—Gracias abuela.

Mi papá dejó el trago de su café a medias para mirarme. Decidí llevar el pelo suelto como usualmente lo uso, y un simple maquillaje que me hizo Helena.

—Te ves hermosa hija.

Mi hermano que estaba en el sofá con su traje ya listo también seguía impresionado.

—No es para tanto este vestido ya lo tenía.

—Igualmente, hermanita te ves hermosa.

—Gracias, tu no te ves mal.

—Por supuesto que no me miro mal, pero gracias por el cumplido.

***

Al llegar al patio de la escuela estaba muy decorado, sillas abundaban el lugar y había un escenario, mesas y diplomas. Fui al aula donde estaban entregando la toga y el birrete. Lo primero que hice al entrar fue buscar a Cristina. Pronto la encontré ya vestida con su traje de graduación.

—¡Hola! —Le dije emocionada.

—¡Jeanne! —Nos dimos un fuerte abrazo de emoción.

—No puedo creer que hoy nos graduamos.

—Yo tampoco me lo creo aún. —Me despego de ella aun sonriente—. Perdona, tengo que ir con mi madre, nos vemos después.

—Seguro, nos vemos después.

Luego de que se fuera me apure para ponerme mi toga y mi birrete. Una voz habló tras el micrófono avisándonos que debíamos salir al patio, luego de la información empecé a caminar con dirección a la salida, pero frene cuando una mano tomó la mía.

—¡Félix!

Salté y él me levantó del suelo con un fuerte abrazo. Logre oler su deliciosa colonia mientras lo abrazaba.

—¡Te ves increíble! —Me dio una vuelta detallando mi traje.

—Tu también te ves bien.

—¿Bien? Me veo todo un galán.

Reí y pronto tomamos asiento. Estaba en la mitad de Félix y mi hermano los cuales sostenían mi mano.

El director se acercó al pequeño Atril para dar inicio.

—Buenas tardes para todos, como inicio pido que pase al frente Jeanne Williams para leer el discurso.

Todos aplaudieron mientras me ponía de pie y leía el discurso que yo había escrito, que por cierto no había hablado de aquello con nadie, solo sabían los directivos, ni mi familia ni Félix sabían así que aprecie sus expresiones de sorpresa.

—Hola a todos, soy Jeanne Williams y tengo el honor de dar el discurso. Deseo comenzar no solo con recuerdos, que es lo que más fácilmente podría salir de nosotros en una acto de graduación como este, sino también con pensamientos...

¿Qué si estaba nerviosa hablando en frente de todos? Por supuesto que lo estaba, dios me sudaban las manos de los nervios, pero ahí estaba él entre toda la multitud con esa sonrisa, apoyándome y haciéndome sentir segura.

Amor sobre hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora