CAPITULO 10°

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Jeanne

—Papá por favor, solo será por dos horas.

—Jason sigues castigado.

—Por favor papá no volveré a hacer una fiesta a tus espaldas.

—Jason dije que no.

Comí despacio mi cereal viendo como mi hermano trataba de convencer a mi padre que lo dejara ir al cine con Triz. Mi hermano se mantenía todo el día encerrado en su habitación, siempre estaba aislado de nosotros, incluso conmigo.

Quise preguntarle a mi padre incontables veces sobre su cita pero algo me frenaba, creo que quería saber y a la vez no. Él había estado toda la mañana feliz, a excepción del comportamiento de mi hermano, siempre mostraba una sonrisa cuando le llegaba un mensaje.

Deje de comer mi cereal y escuche la voz de Félix. Mi padre y él se dieron un pequeño abrazo de saludo cuando entró en la cocina. Le comenté sobre el comportamiento de mi hermano así que lo distrajimos con juegos de mesa pero se aburrió al ver que Félix siempre ganaba. Pusimos una película de su elección pero pronto comenzó a quedarse dormido.

—Tengo hambre —Me sobe la panza y Félix me miró divertido.

—En hora buena yo también, ven vamos a preparar galletas.

Félix hizo el mayor trabajo, yo me limitaba a pasarle cualquier ingrediente que necesitará. Estaba sentada en la encimera prestando atención como él mezclaba la masa.

—Mi padre tuvo una cita anoche.

No se detuvo de mezclar pero se giró hacía mí presentándome toda la atención.

—¿Y cómo te sientes con eso?

—No lo sé —Me encogí de hombros—. Si te soy sincera me siento decepcionada, solo un poco.

—¿Por qué no hablas con él al respecto?

—Está tan feliz y no quiero arruinar eso. —No dijo nada más y se acercó a mí.

—A la maza le falta algo —dijo cuando se llevó un poco su boca—. Ten.

Con uno de sus dedos me unto de maza en la nariz y yo me puse de pie tomando un puñado de fécula de maíz y se la lance. Me reí al ver como tenía la cara totalmente blanca.

—Esta bien tu ganas traviesa.

Terminamos las galletas y al llegar a la sala de nuevo los sentidos del olfato se le despertaron a mi hermano porque se despertó de inmediato a comer galletas.

—Chicos. —Papá llamó nuestra atención y todos nos giramos a prestarle atención—. Hoy vendrá alguien a cenar esta noche. Y Félix está totalmente invitado a no ser que no puedas.

Mi hermano solo puso mala cara y no le dirigió la mirada y siguió comiendo galletas pero esta vez enojado. Me acerqué a Félix.

—Por favor quédate.

—No pienso ir a ninguna parte. —Me respondió de inmediato.

Félix se quedó hasta la cena. Se la pasó un rato conmigo leyendo pero también iba a acompañar a mi hermano. La verdad no sabía cómo sentirme sobre el invitado de esta noche, ¿nerviosa?¿asustada?¿enojada?¿indignada?

No podía pensar más en ello ya que sonó el timbre de la casa y salí de mi habitación. Félix y Jason me siguieron escaleras abajo pero todos tres frenamos cuando escuchamos una voz femenina. Nos dimos una mirada rápida antes de bajar.

Cuando llegué al penúltimo escalón me detuve al ver a una señora aproximadamente de la edad de mi papá con su pelo color cobrizo corto hasta sus hombros. Al vernos sonrió.

Amor sobre hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora