CAPITULO 29°

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Jeanne

Llegue a la pista de Hielo. Exactamente el lugar donde de verdad nos conocimos. Mis recuerdos eran borrosos, pero jamás olvidaré aquel chico con el que choque por ir apurada por dulces de fruta.

Papá me había dado las llaves para entrar, esta vez no habría un guardia que se ocupara de perseguirnos. Entré a los vestidores y me puse mis patines.

Al tocar la pista y comenzar a patinar me hizo sentir más tranquila, más liviana. Patine e hice una pequeña coreografía que mi madre me había enseñado incontables veces. No patinaba así desde hace años, pero aún sigo haciéndolo bien.

Mientras patinaba y daba vueltas mi mente se ocupaba de mantenerse en pie en aquella pista sobre hielo. Temía caerme, pero sabía que podía volverme a levantar. Terminé la coreografía un poco agotada, pero de tanto pensar de que tal vez algo no me saldrá bien, o que incluso me iba a caer; todo salió perfecto que alguien aplaudió.

Mire a Félix en la entrada de la pista ya con sus patines puestos. Sabía que él también se acordaría de la primera vez que nos vimos, el verdadero lugar donde nos conocimos. En la pista de hielo la cual ambos compartimos un gran cariño.

Él se acercó a mí con un espacio prudente.

—Te ves hermosa con el cabello corto.

—Gracias.

—¿Para que me llamaste para vernos en la pista?

—Para poder organizar mi propio desastre.

Solo me miro sin ninguna expresión y espero paciente a que continuara.

—No está en mis planes usar la típica frase de lo siento ni lo lamento. Es usar la frase me equivoque. Yo solo escape, no me detuve a preguntar. No me arrepiento del todo porque gracias a lo sucedido pude aprender. Aún me sigue doliendo y me hubiera gustado que me contaras. No tenía el derecho a suponer cosas que no habían pasado de verdad yo me equivoque.

—Yo igual Jeanne. Yo también me equivoque y si me arrepiento por no perseguirte como siempre lo había hecho.

Hizo una pausa y decidí escucharlo. Esta vez lo haría y atentamente.

—¿Recuerdas aquel día en que nos conocimos hable con tu mamá cuando me lesione?

Asentí recordando.

—Mis padres no habían asistido, pero cuando me lesioné tu madre me ayudó, me trató muy bien. Le pregunté si aquella niña linda era su hija porque se parecía a ella. Tu madre con una hermosa sonrisa dijo que sí.

Sonrío al recordarlo.

—No me acuerdo exactamente que le dije, pero fue algo así: ¿Puedo ser amigo de su hija? A lo cual ella se giró hacía ti, te miro y se volvió hacia mi y me respondió...

Miranda Williams

Hace 13 años

—Claro que puedes ser amigo de mi querida hija. Pero quiero pedirte un favor. El pequeño Félix me miró curioso—. Quiero que su amistad sea tan fuerte que en el futuro ambos estén juntos, ligados por el destino.

—¿A que se refiere señora Williams?

Si su amistad perdura y te enamoras de ella, quiérela y no la dejes ir. Tal vez Félix no me entendía a lo que me refería, pero anhelo que en el futuro no se olvide de mis palabras.

***

En el estacionamiento mi hijo Jason jugaba con sus amigos.

—¿Jeanne no quieres ir con ellos? Irán a comer pizza.

Amor sobre hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora