Capítulo 8

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Estaba acorralada.

No tenía escapatoria, durante el viaje a casa había rezado para que al llegar mis padres estuvieran dormidos y no se percataran de mi llegada.

Pero no, estaban muy despiertos.

Ambos estaban sentados frente a mi en el sillón pidiéndome una explicación. Esto no iba a terminar bien. Ellos eran muy exigentes en cuanto a saber en donde estaba a cada hora, eran muy sobreprotectores.

Ya era mayor de edad por todos los cielos.

Y bien Daniela, no nos vas a decir en dónde demonios estabas? —preguntó mi madre un poco alterada exigiéndome una explicación.

Yo... uhm... aaah —no se me ocurría nada creíble.

Eran las dos de la mañana, no había nada que pudiera decir que fuera creíble.

No podía decir la verdad. Cómo les iba a decir que me estuve follando a una mujer de 33 años que resulta también ser la madre de mi mejor amiga encima del escritorio de Dave, mi gerente.

Por ningún motivo.

Dave me hizo hacer un nuevo inventario porque esta semana llegaron muchas cosas nuevas, estuve un par de horas en eso y cuando terminé e iba camino a casa me encontré con las chicas y fuimos a tomarnos algo. Perdí la noción del tiempo y olvidé avisarles, lo siento —solté lo primero que se me pasó por la cabeza y con el tono de voz más calmado que encontré.

Fue lo más creíble que se me ocurrió. Sus rostros se relajaron con mi explicación.

Para la próxima avísanos, estuvimos llamándote como locos y muertos de miedo toda la noche. Además no me gustan tus amigas, son una mala influencia para ti ¿Cómo se les ocurre salir cuando al día siguiente tienen escuela? —me reprendió mi madre de brazos cruzados.

Te la perdonamos sólo porque tienes buenas notas pero si las bajas... deberás asumir las consecuencias —me amenazó mi padre.

Está bien, no las bajaré, no se preocupen. De nuevo, lo siento mucho —me disculpé sintiéndome horrible por haberles mentido y por recordar lo que en realidad había estado haciendo.

Si ellos se enteraran no sé que harían conmigo y con la mamá de Val, probablemente encerrarnos en un manicomio o algo así.

Bien, ahora sube a tu habitación si no quieres despertar a tus hermanos —me ordenó mi madre y yo no desaproveché la oportunidad de librarme de esto, subí corriendo las escaleras a encerrarme en mi habitación.

Caí rendida de inmediato con una sonrisa boba plasmada en mis labios por lo irreal que había sido el día.





Estaba ya en la escuela al día siguiente. Las primeras clases habían sido un espanto y ya estaba que me caía del sueño.

Odiaba los lunes... bueno, todo el mundo lo hace, pero yo los odio más que cualquier otra persona. Son muy aburridos y además luego de esto debía ir a trabajar.

Lo único reconfortante era saber que Poché me llevaría a algún lugar luego de terminar mi turno en la tienda.

Ya era hora de almuerzo y estábamos las cinco sentadas en una mesa comiendo. Estaba callada y no conversaba nada, no estaba de humor a decir verdad, seguía estando de gruñona porque era lunes.

Hey Calle ¿estás bien? ¿te sucede algo? —Juliana me preguntó preocupada.

No, no es nada no te preocupes, es sólo que estoy con sueño y cansada, no dormí mucho anoche. Además  sabes que odio los lunes —le respondí sinceramente.

La mamá de mi mejor amiga [caché] - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora