Capítulo 58

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Calle POV

Cuando muera no quiero que me entierren en un cementerio... quiero que... quiero que me donen a una universidad para que me estudien o que me hagan cenizas y arrojen mis restos al océano —Poché comentó mientras su mano acariciaba mi cabeza y jugaba con mi cabello haciendo que me relajara más contra su pecho.

Ambas estábamos acostadas en la cama de su casa (mansión) a las afueras de Miami mientras mirábamos el blanco techo. Eran las 4 de la tarde y llevábamos todo el día en la cama, tan solo levantándonos para comer e ir al baño. No es como si quisiéramos hacer otra cosa de cualquier modo. Estábamos teniendo una conversación bastante interesante y no me podía cansar de escucharla hablar de lo que fuera.

¿Por qué no en un cementerio? —le pregunté sumamente interesada en su respuesta.

Cada cosa que ella me contaba yo la consideraba de suma importancia ¿Era normal que me importara tanto? Creo que nunca lo sabré, espero que si lo sea porque no puedo evitar recordar cada cosa que ella me dice, cada cosa que le gusta, cada cosa que odia, que teme, que ama, todo.

Porque no quiero que mi cuerpo esté enterrado en un ataúd por siempre. Quiero que, o sirva de algo que sería el caso de donarlo para su estudio, o que vuelva a la tierra donde pertenece que sería el caso de lanzarme al océano... ¿estoy volviéndome loca? ¿Qué crees tú? —oh mi dios amaba cuando comenzaba a divagar.

No tenía idea de como habíamos llegado a este tema pero no importaba. Llevábamos todo el día hablando de todo y nada a la vez, pasando por todos los temas posibles, solo haciendo que me enamorara más de ella y su manera de pensar.

No creo que estés loca. A mí también me gustaría volver a la tierra. Es de alguna forma... poético. En lugar de que mis restos estén por una eternidad en un ataúd —concluí con seguridad. No me gustaban los cementerios. Son bastante pacíficos y bonitos, si. Pero hay algo en ellos que me pone los pelos de punta cada vez que visito uno.

Si, es bastante poético. Es decir... volver a la tierra y quizás después convertirte en un árbol y luego ese árbol en alimento de algún animal y así sucesivamente... es bastante bello si lo piensas así. Ser parte de la naturaleza y su ciclo por siempre —concluyó.

Sus caricias en mi cabello me tenían algo adormilada pero no quería perderme ni una palabra que saliera de su boca.

Mhm... me gustaría reencarnar en un oso, uno grande y peludo que tendría muchos ositos bebés para que me sigan a todas partes y cazar peces en el río. Estar descalza en el bosque... suena realmente genial —conté. Ni puta idea de como habíamos llegado hasta aquí.

Aww eso es realmente adorable, pero te veo más reencarnando en un puma o jaguar o algo así, es más tu estilo. Por un lado extremadamente tierna pero por otro extremadamente intimidante y sexy, con tus ojos que atacan. Me parecerías el jaguar más lindo del mundo —dejó un beso en mi cabeza y siguió con sus caricias en mi cabello.

Yo te veo a ti reencarnando en... un pingüino —iba a protestar por mi elección pero la detuve con un beso. —Tengo mis razones... pienso en un pingüino porque eres algo torpe, pero torpe de una forma tierna y eso me encanta de ti, y también porque los pingüinos son bastante protectores de sus seres queridos —me justifiqué pero ella no parecía aliviada.

Un pingüino... ¿en serio?... no podía ser un león o una ballena azul o algo más majestuoso... tenías que elegir un pingüino —se quejó pero no pudimos evitar echarnos a reír. Estábamos hablando demasiadas incoherencias.

Lo siento, es solo que es lo primero que me vino a la mente. Si encuentro otro animal que te describa mejor te lo haré saber —le aseguré y pareció tranquila con mi respuesta.

La mamá de mi mejor amiga [caché] - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora