Calle POVSentí que volvía a tener 18 años. Los nervios no me dejaban crear pensamientos razonables ni claros, no me podía concentrar y el pánico crecía en mis entrañas demasiado rápido. Sentía un nudo en el estómago y en la garganta.
Manos sudorosas, pensamientos dispersos, ansiedad, inseguridad... sip, tenía todos los síntomas pre-cita.
La semana más larga de mi existencia había llegado a su fin y yo no podía estar más feliz. Había esperado tanto por este día, durante toda la semana no paraba de pensar en cierta pelinegra que me robaba el aliento. Tenía tantas expectativas para nuestra cita y había pensado tanto en el asunto que ahora, a tan solo unas horas de que ella me viniera a buscar a mi casa para ir a nuestra cita, no podía parar de sentirme horriblemente nerviosa.
Estaba dando vueltas por la sala de mi casa, ya totalmente arreglada con un vestido ajustado en tonos dorados que tenía una abertura en la parte del torso, además de mis despampanantes tacones. Me había producido más de lo normal para esta noche obviamente, quería impresionarla como ella lo había hecho conmigo con ese vestido blanco y negro de aquella fatal noche.
Aún sueño con ella en ese vestido que la hacía lucir como un ángel y un demonio al mismo tiempo.
Un maquillaje ligero, cortesía de mi hermana pequeña, adornaba mis labios y mis ojos. Sebas me ayudó a escoger el atuendo.
Ambos estaban bastante emocionados por mi cita con Poché. Querían que me distrajera de mi trabajo por un tiempo y ella era perfecta para desconcentrarme y pasar un buen tiempo sin pensar en el estrés.
Obviamente no me quejaba de él, es solo que todos tenemos un límite y necesitamos un respiro de vez en cuando. Amo mi trabajo pero todo el estrés emocional es simplemente demasiado para cualquiera.
Es por eso que mis hermanos querían tanto que salieran y que me distrajera. De inmediato me ofrecieron su ayuda cuando les conté de la cita y me reprocharon bastante cuando les conté sobre lo ocurrido en la fiesta de Vale.
—Daniela, quédate quieta aunque sea 3 segundos —me retó mi hermano mientras alisaba mi cabello provocando que me quedara quieta en medio de la sala de estar.
Juliana estaba en el sillón riéndose de mi exaspero y desesperación.
No era gracioso.—Tengo una cita después de mucho, tengo permitido estar nerviosa —me defendí mientras sentía como Sebas pasaba sus manos por la longitud de mi cabellera para arreglarlo.
Llevó sus manos hasta la parte de arriba de mi cabeza y lo desarregló un poco mientras ahora se paraba frente a mi.
—Mmmmmh... no tienes arreglo. Sigues igual de fea —se burló de mí, con el ceño fruncido y una sonrisa malévola en sus labios.
Maldito bastardo.
Lo empujé por los hombros.—¿De verdad luzco fea? —pregunté mientras me acercaba al espejo que había llevado hasta el salón para poder apreciarme.
La inseguridad acrecentándose en mi por su comentario que esperaba hubiera sido de broma.
—Luces perfecta tontita, Sebas solo esta molestándote. Relájate un poco —me dijo Juli, la cual se puso de pie y posó sus manos en mis hombros para darme un pequeño y relajante masaje. Sus ojos se conectaron con los míos a través del espejo y pude ver la sinceridad en ellos.
Si, lucía bien. Mi trasero se veía tentador en este vestido.
Eso era bueno.—Si idiota, solo era una broma. Relájate —volvió a hablar Sebas, el cual dijo lo último con voz de imbécil y haciendo un signo de paz con sus dedos.
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La mamá de mi mejor amiga [caché] - Adaptación
Fanfic¿Por qué nos enamoramos siempre de la persona menos correcta? Daniela Calle, una adolescente de 18 años descubrirá el amor en la persona menos adecuada, la mamá de su mejor amiga. ‼️ Alto contenido +18 ‼️ Adaptación