La mamá de mi mejor amiga [caché] - Adaptación

Capítulo 31

Poché POV

—Esto es muy difícil para mi... así que te pido que me tengas paciencia ¿de acuerdo? —él asintió confundido.
No se esperaba para nada lo que tenía que decirle.

Estábamos en el sofá grande sentados juntos. Vale a nuestro lado en el sillón individual expectante por la reacción de Johann.

No era capaz de mirarlo a los ojos así que tenía mi mirada clavada en la alfombra blanca y esponjosa que adornaba nuestro living. Me sudaban las palmas de las manos por lo que las limpiaba a cada momento en mi pantalón nerviosamente. Mis piernas se movían sin control por la angustia que sentía, las palabras no salían.

Estaba bloqueada.

—Yo... yo uhm... Johann, tú- tú sabes que- que yo uhmm —no podía parar de tartamudear. No podía controlar mi nerviosismo.

Me reproché mentalmente y me di con la palma sudorosa de mi mano en la frente. Debía concentrarme, me armé de valor e intenté hablar de nuevo.

Johann sólo me miraba expectante al igual que Valentina, cosa que sólo aumentaba mi pánico. Respiré profundo.

—Tú sabes que yo te quiero muchísimo ¿cierto? —él asintió.
—Bien, quiero que... quiero que eso te quede claro, yo te aprecio mucho, te amo, te adoro, pero... pero te he estado mintiendo y lo único que te pido después de que te termine de contar esto es que intentes comprender mi posición, tan sólo inténtalo, por mi y por Vale, por favor —le pedí suplicante.

—Está bien pero debes decirme ya o moriré de exasperación, suéltalo, estoy listo —habló confiado poniendo una de sus manos en mi pierna, mano que quité con cuidado.

No soportaba su tacto, me enfermaba y me daba náuseas, pero no porque fuera él quien me tocara, si no por la culpa que invadía mi cuerpo. Después de todo él seguía siendo la mejor persona de este mundo y yo me había aprovechado de su confianza.

—Yo... yo ya no-no te amo —solté lo más calmado posible —Por lo menos no de la manera en la que lo hacía antes. Es decir, te amo, pero sólo como a un amigo —el silencio invadió el lugar. Johann me miraba incrédulo, con la boca abierta y una ceja levantada.

—¿No-no me amas? Pero creí que lo estaba haciendo bien, que-que todo estaba bien entre nosotros. Cariño no... yo puedo cambiar, sólo dime y yo lo haré, yo te amo demasiado y puedo cambiar lo juro —habló exasperado tomando mis manos.

Odiaba verlo así.

—No, Johann. El problema no eres tú, el problema soy yo, sé que suena cliché pero así es la cosa. Yo... yo ya no puedo seguir mintiéndote, las cosas no son como antes, te juro que yo no quería que esto pasara pero... no fui capaz de controlarlo. Creí que tú eras el amor de mi vida pero-pero no es así. Lo siento mucho Johann —la tristeza en su mirada era evidente.

Tenía que seguir hablando, tenía que contarle todo antes de que la cosa se pusiera peor —Me di cuenta de esto porque-porque yo me... me enamoré de alguien más Johann y... es injusto que tu sigas creyendo que todo está bien porque no es así. Amo a otra persona y no fui capaz de detenerlo, lo siento mucho —podía ver el pánico crecer en su rostro. Sentí como se tensaba, sus ojos estaban abiertos como platos y los colores se fueron de su cara.

—No... no, no, no, no... Poché esto debe ser una broma, ¿Cómo que estás enamorada de alguien más? ¿Es ese estúpido del gimnasio? ¿O el vecino idiota que te hace ojitos? No me digas que es Peter el de tu antiguo trabajo... te juro que le rompo la cara —lo detuve antes de que se alterara.

—No... Johann, es alguien que no te imaginas... y por favor no te alteres cuando te diga quién es, te lo pido, y no hagas nada estúpido tampoco porque la culpa no la tiene esa persona, la tengo yo por no poder evitar enamorarme ¿de acuerdo? —le pedí poniendo mis manos sobre las suyas para tranquilizarlo.