Capítulo 25

2.8K 133 3
                                    


Calle POV

Como una bolsa de popó...

Así es como me sentía el viernes por la mañana, al otro día de haber sido golpeada por el jefe de Poché.

Todo mi bendito cuerpo se sentía adolorido y las heridas de mi cara estaban sensibles, con cualquier movimiento facial que hacía me desgarraba los rasguños y el gran corte que tenía de la ceja a mi pómulo. Precisamente este era lo que más me dolía, el ardor era insoportable y lo sentía palpitar dolorosamente.

Mis nudillos rotos también me causaban una gran molestia pero era soportable.

Me levanté como pude y me dirigí al baño. No tenía idea por qué ahora me dolían tanto mis golpes, ayer no me sentía tan miserable como hoy.

Al entrar al baño y ver mi reflejo pegué un grito involuntario, me veía del orto. Todo mi ojo estaba completamente morado, tenía varios cortes pequeños esparcidos por el rostro y ni hablar del gran rasguño en mi labio inferior, este tenía un aspecto horrible. De verdad que tenía que desinfectar todo ahora.

No estaba segura de si ir al colegio o no, de verdad que no me funcionaba el cuerpo, pero conociendo a mis padres seguramente me obligaban a ir de cualquier modo diciendo algo como "tienes el rostro hecho mierda, no las piernas" así que reuní todas las fuerzas posibles y me puse el uniforme con cuidado de no dañarme, sequé mi cabello y me hice la coleta de siempre.

Mis padres no hicieron mayor drama cuando les expliqué por qué estaba tan jodida ayer, me creyeron sin dudar y sólo me reprendieron por caminar sola por las calles, obvio yo siempre tenía la culpa de todo.

Bajé a desayunar sola como siempre. Mis padres entraban a trabajar más tarde y mis hermanos ni puta idea, íbamos a colegios distintos y no sabía sus horarios, nunca coincidíamos en nada.

Salí corriendo de casa, iba un poco tarde para tomar el auto bus, pero por suerte no lo perdí.

Al llegar al colegio todos me miraban, no podía esperar menos, lucía como Frankenstein. Ni siquiera me molesté en maquillarme para ocultar los morados o los rasguños, me daba igual.

Oh mierda Calle, que demonios te pasó, te pareces a Quasimodo —exclamó Laura al verme.

Las demás chicas rieron por su comparación pero a mi no me causaba gracia.

Les cuento luego, larga historia... bueno, en realidad no, pero ahora no estoy de humor para hablar —espeté sinceramente, sin paciencia para soportar sus burlas ahora.

Todas se dieron cuenta de mi mal humor y creo que me comprendieron porque no comentaron nada más al respecto.

Paula y Laura se fueron juntas a clases sin decir más, Juliana y Valen por otro lado tampoco comentaron nada y se fueron a su aula, yo era la única que no compartía esa hora con ninguna.

Mucho mejor, no tenía ánimos de dar explicaciones.

Al entrar a mi clase, la misma historia, todos me miraban sospechosos y curiosos por saber el motivo de mi apariencia.

No di ni una en clases, en lo único que podía pensar era en Poché y en qué estaría haciendo ahora, en como le habría ido con Johann y Val y en por qué no había respondido mis mensajes de anoche.
La llamaría más tarde y le pediría que nos veamos para charlar.

El día pasó rápido y ya era hora del almuerzo, hora del interrogatorio.

Recogí mi comida y me dirigí a nuestra mesa, ya estaban todas ahí. Cuando me senté ninguna dijo nada.

Pueden pregunt... —ni si quiera terminé la oración cuando fui interrumpida por la inhibición de mi compañera.

¿Por qué luces como si una pandilla de homofóbicos te hubiera atacado? —Volvió a soltar Laura.

La mamá de mi mejor amiga [caché] - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora