Capítulo 49

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Calle POV

La irritante alarma de mi celular me despertó esa mañana. Por unos segundos no supe quién era y que hacía aquí en este mundo pero después todo cayó sobre mi de repente.

Era Daniela Calle, era oncóloga y hoy tenía una cita con mi amiga para tratar su cáncer...

Restregué mis ojos con ambas manos y me estiré en la cama para luego de un solo salto salir de mis cobijas. Caminé como un zombie hasta el espejo y me observé por unos segundos. Lucía terrible... mis ojeras delataban que había llorado ayer por la noche. Mis ánimos estaban por el piso.

Me metí a la ducha sin darle más vueltas al asunto o nunca saldría de mi casa. Al finalizar bajé las escaleras y mis dos hermanos me esperaban sentados en la cocina con el desayuno ya preparado.

Hoy estaban siendo más amables de lo normal porque sabían qué ocurriría hoy. Les conté todo anoche cuando me vieron llegar hecha polvo a la casa. Estaban tan desconcertados por la noticia como yo.

Desayuné en total silencio mientras mis hermanos intentaban sacarme tema de conversación pero yo no estaba de humor. Desganada dejé las cosas en el fregadero, les di un beso en la cabeza a cada uno, les dije que se cuidaran y salí de casa.

Tardé más de lo normal en llegar al hospital.

Saludé a mis colegas con una sonrisa fingida y cuando por fin llegué a mi despacho... me dejé caer. Mis hombros cayeron al igual que mi sonrisa y mis ganas de existir. Me puse la bata blanca de siempre y me senté en el escritorio a revisar más archivos de mis futuros pacientes.

Ahora me daba miedo hacerlo porque temía que alguno de esos nombres fuera el de algún ser querido o un conocido. Nunca podría superar el trauma de encontrar el nombre de Valentina ahí.

Cuando terminé de revisar los archivos y programar las citas para las consultas ya era casi la hora de que llegara mi primer paciente.

Me reproché a mí misma por ser tan idiota. Había estado todo lo que llevaba de jornada laboral siendo una imbécil. No podía seguir así de triste y desganada cuando hacía mi trabajo, debía estar concentrada en mis pacientes y en darles la mejor atención posible. Ya lidiaría con Val cuando llegara la hora.





Las primeras dos citas fueron normales.

La señora Rose era un amor de persona y me había contado que cuando supo de su enfermedad, se prometió a sí misma hacer todo lo que siempre quiso pero nunca se atrevió a hacer, empezando por declararse a un hombre que trabajaba en una tienda cerca de su casa. Me contó que iba a la tienda a comprar cosas innecesarias solo para poder verlo. Un día lo invitó a salir y este aceptó la invitación.
Me alegró saber que ahora ambos eran pareja y que la estaba esperando fuera de la consulta.

Yo mataría por tener un amor tan puro como el de ellos...

Le hice los estudios correspondientes y quedamos en que regresaría por los resultados la próxima semana. Aún ni yo sabía la gravedad de su cáncer... esperaba que fuera reversible y que pudiera tener una larga historia de amor junto a su nueva pareja.

Mi otro paciente fue más duro de conocer. El señor Berlian ya no tenía posibilidades de sobrevivir al cáncer que tenía así que solo le di un tratamiento para el dolor que comenzaría mañana mismo. Él también me contó que ya había aceptado su destino, no se arrepentía de nada y me dijo que era feliz. Tenía una esposa, 4 hijos y 9 nietos a los que amaba. Se sentía completo pero eso no hacía que su familia no se sintiera triste por él.

Es complicado cuando tú ya aceptaste tu muerte pero tus seres queridos no.

Le deseé lo mejor a él y a su familia que lo habían acompañado. Mañana mismo lo vería de nuevo para comenzar con el tratamiento.

La mamá de mi mejor amiga [caché] - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora