Capítulo 7

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¿Todo había sido un sueño o había sido real?

¿De verdad tenía a Poché acostada sobre mi pecho durmiendo plácidamente?

¿De verdad era capaz de escuchar su suave respiración y de sentir su cuerpo contra el mío?

Todavía no procesaba lo ocurrido hace unas horas.

Iban a dar las 12:00 de la noche pero no quería despertarla aún.

Temía que ella al ver lo que había hecho se arrepintiera, bueno... se iba a arrepentir de todas formas, pero aún así temía por lo que iba a ocurrir de ahora en adelante entre nosotras.

Ahora tendríamos las dos la cabeza fría y no estaríamos pensando con la vagina.

No quería arruinar las cosas entre nosotras porque eso significaría que mi relación con Valentina se vería afectada.

Me gustaba tanto esta mujer y tenía la cabeza tan abarrotada de pensamientos dispersos que no fui capaz de dormir, en cambio me pase todo el tiempo viéndola y admirándola.

Sus largas pestañas, su nariz, su piel, sus párpados, sus labios rosados, la línea de su espalda, sus brazos que me apretaban contra ella, su trasero y sus piernas me mantuvieron entretenida durante todas esas horas. Éramos un enredo de piernas y cabello esparcidos por todo el escritorio de Dave. Él me mataría si descubría lo que había hecho en su sagrado escritorio pero no podía importarme menos ahora.

Quería disfrutar el momento y preocuparme de todo lo demás más tarde.

No hacía frío, nuestros cuerpos todavía ardían y además estábamos en Miami, era extraño que hiciera frío aquí.

Una pesadilla para alguien como yo que no soporta el calor por más de una hora.

No quería pensar en las consecuencias todavía así que abracé a Poché fuertemente por la cintura e hice que nuestros pechos desnudos se rozaran de manera placentera, la subí hasta mis labios y besé su mejilla repetidamente, repartí más besos por su frente, párpados, nariz y finalmente sus labios. Frunció el ceño ligeramente y empezó a abrir los ojos de a poco. Parpadeó un par de veces con cara de confusión hasta que sus orbes verdes se enfocaron en mí.

Tenía miedo.

No sabía cuál sería su opinión con respecto a lo que acabábamos de hacer. Ya veía que se paraba de un brinco y salía corriendo por la puerta.

Pero no, en cambio me miró y sonrió tímidamente, escondió su rostro en mi cuello y dejó un beso ahí.

Pude volver a respirar con normalidad.

Buenos días bella durmiente —susurré mientras acariciaba su espalda.

Buenos días Calle —murmuró contra mi cuello. —Nunca pensé disfrutar tanto el despertar con tus besos —confesó levantando la cabeza y dándome un beso rápido y pequeño en los labios con cierta timidez. Me extrañaba después de lo poco tímida que fue hace unas horas.

Yo nunca pensé disfrutar tanto tenerla desnuda sobre mí, pero mire las vueltas que trae la vida —intenté bromear y ella me regaló una pequeña risa.

Volvió a esconder su rostro en mi cuello.

Ahh Calle... ¿Qué haremos ahora? ¿En qué nos hemos metido? —preguntó afligida contra mi piel.

No quise decir nada, yo no sabía las respuestas a esas preguntas. Ella se quedó reflexionando en silencio unos minutos y yo no quise interrumpirla, ella necesitaba pensar bien en lo que estábamos haciendo.

La mamá de mi mejor amiga [caché] - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora