Capítulo 41

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Poché POV

Había llegado el momento... Calle se iba, pero yo no quería dejarla ir. La iba a extrañar tanto. En tan solo pensar que ya no podría tenerla entre mis brazos y decirle lo hermosa que era me desconsolaba.

Iban a ser meses muy difíciles pero ambas estábamos comprometidas en hacer esto de la mejor manera.
Las relaciones a larga distancia nunca son sencillas.

Ahora estaba esperando por ella en mi departamento. Lamentablemente no podía ir a dejarla al aeropuerto porque su familia estaría ahí y a menos que quisiera acabar con mi vida, no tenía permitido acercarme a ese lugar.

Le tenía muchos regalos, quería que me tuviera presente todo lo que pudiera. Estaba sentada en el sofá con un montón de cosas a mi alrededor. Los nervios me consumían por dentro, tenía miedo de que algo le pasara mientras estaba allá y que yo no pudiera ayudarle, tenía miedo de que dejara de amarme y que encontrara a otra persona. Sabía que eran miedos un tanto estúpidos porque estaba más que segura de que Calle me amaba, pero al igual que ella, temía que se diera cuenta de que yo no era tan buena para ella como creía.

El sonido de la puerta abrirse y luego cerrarse me sacó de mi letargo. De un solo salto ya estaba al lado de Calle abrazándola como un koala, con mis piernas en torno a su cintura y mis brazos agarrados a su cuello.

Hola —me saludó con voz tímida.

Hola —respondí en el mismo tono contra su cabello.

Estuvimos en ese abrazo por varios minutos, no era necesario decir nada. Sabíamos lo que pasaría en un par de horas, sólo disfrutábamos de la cercanía de la otra mientras podíamos.

Me separé de ella para poder quedar frente a frente. Acaricié su rostro pasando mis pulgares por sus mejillas y labios, delineé el contorno de estos y luego la besé con todo el amor que le tenía. Iba a extrañar mucho sus labios, sus besos húmedos y calientes.

Calle se aferraba a mi tan fuerte como yo a ella mientras nos comíamos la boca. No sabía que aire respiraba, nuestros alientos se confundían entre sí. No nos importaba perder el aire, no queríamos separarnos. El beso era ansioso y húmedo, expresaba perfectamente cómo nos sentíamos.

Luego de un par de segundos más, nos separamos y junté nuestras frentes mientras nos mirábamos a los ojos. Ella se inclinaba un poco por la diferencia de altura.

Ya te extraño y ni siquiera te has ido —murmuré contra su boca soltando una risa sin humor.

Debemos aprovechar este par de horas que me quedan entonces —respondió y yo me limité a asentir.

Te compré muchas cosas, son para tu viaje y tu estadía en California. Ven —le dije tomando su mano para que me siguiera hasta la sala de estar.

Poché... no era necesario. Sabes que solo me basta co... oh wow —paró de hablar cuando vio la inmensa cantidad de cosas que le había comprado.

Algunas estaban envueltas, pero se podía ver un ramo de rosas rojas, un peluche de Sullivan de Monster Inc, un cojín para el vuelo en forma de banana y un de montoncito de libros.

Mira, ven siéntate. Deja mostrarte todo —le indiqué palmeando el lugar libre a mi lado en el sofá.

Se sentó de inmediato, acerqué el ramo de rosas y se lo pasé dejando un beso en su mejilla rojita mientras las olía. Luego le puse el cojín en el cuello y dejé el peluche en su regazo.
Se veía adorable.

Poché... me encanta todo, muchas gracias pero no debiste —habló tímida por toda la atención.

Deja que te consienta. Me hace feliz hacerte feliz —respondí simplemente y ella abrió su boca para decir algo pero se arrepintió.

La mamá de mi mejor amiga [caché] - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora