La mamá de mi mejor amiga [caché] - Adaptación

Capítulo 24

Poché POV

Al llegar a casa fui recibida por un alterado Johann y una ausente Valentina que estaba sentada en el sillón de brazos cruzados y ceño fruncido mirando a la nada.

—¿Quieres explicarme que ha ocurrido hoy? —Preguntó delicadamente mi esposo con expresión de angustia en su rostro.

—Hola, buenos días, ¿cómo te fue en el trabajo? —Respondí sarcásticamente. 

Ambos tenían la poca costumbre de no saludar como la gente normal, eran tan impacientes y compulsivos. Aunque ya sabía que esto sucedería, Johann se preocupaba demasiado.

—Poché por favor, no puedo hablar de mi cuando Juan Pablo me ha llamado esta tarde diciendo que ibas a renunciar porque tu jefe era un patán. He estado todo este tiempo intentando ubicarte pero al parecer desapareciste de la faz de la tierra —me explicó frustrado.

—Lo siento por eso, estuve en el parque reflexionando sobre mi vida y no quería estar con nadie. Te explicaré todo ahora, pero necesito hablar con ambos —pasé por su lado dirigiéndome al salón sin siquiera saludarlo con un beso, no podía.

—Hola mi vida, ¿qué tal tu día? —Le pregunté cariñosamente a mi hija tomando asiento a su lado y dejando un beso en su mejilla.

—Normal —expresó simplemente sin siquiera mirarme.

Algo andaba mal con ella y me estaba preocupando. Luego de contarles todo lo de hoy hablaría a solas con ella.

—De acuerdo, entonces creo que es momento de relatarles la locura que ha sido este maldito día —suspiré pesadamente mientras veía como  Johann se posicionaba a mi lado en un sillón pequeño.

Puso sus codos en sus rodillas y juntó sus grandes y varoniles manos prestando total atención mientras Vale seguía igual de desinteresada, se veía enfadada a decir verdad.

—¿Y bien? —me insistió Johann al ver que yo no reaccionaba.

Agité mi cabeza y asentí.

—Lo siento, me distraje, bueno resulta que... mi jefe es un completo idiota —comencé mi relato.

Les conté todo saltándome el rescate de Calle cambiándolo por Juan. No omití los detalles asquerosos como la horrible erección del hombre o las cochinadas que dijo. No tenía por que censurarlo, así Valentina sabría el descaro y poca hombría de ciertos individuos de nuestra sociedad. También les conté todas las insinuaciones que mi jefe había hecho en el pasado, las cosas que decía y como actuaba con los demás empleados.

Ambos sólo escuchaban atentamente mi relato, sólo asentían y no hacían preguntas para no interrumpirme. Sabía que ellos estaban decepcionados de mi por no haber hecho nada al respecto antes, lo veía en sus rostros.

Ambos se quedaron en silencio por unos minutos, ambos en shock por mis palabras sin escrúpulos.

—¿Y bien? ¿Qué creen que debería hacer ahora?—pregunté tentativamente. 

Ninguno expresó nada.

Johann de la nada se puso de pie rápidamente, tomó su abrigo y salió a toda prisa hasta su auto. Iba a detenerlo pero Vale me detuvo.

—Si intentas detenerlo será peor, ya es adulto y sabe lo que hace, no te preocupes —pero no podía hacer eso.

Mi esposo era impulsivo y temía que carajos podría hacer, sin embargo me quedé en mi sitio esperando, totalmente aturdida. 

Este día no se podía poner más raro.

O eso creía...

—Sé que estas engañando a papá —