Capítulo 34

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Poché POV

Dije... quítale tus asquerosas manos de encima si no quieres que te meta este bate por el culo —gruñó la voz familiar mientras se acercaba a donde estábamos ambos, moviendo el bate de un lado a otro en el aire amenazadoramente mientras lo mantenía bien sujeto con ambas manos por encima de su hombro derecho.

Ni puta idea de cómo yo había llegado hasta esta situación.

Estaba a punto de... tener relaciones sexuales por dinero cuando de la nada apareció mi ángel guardián.

¿Era un sueño o era real?

El hombre que aún me tenía sujeta por el brazo soltó una estruendosa carcajada, cosa que hizo enojar más a mi defensora.

¿De verdad crees que me asustas niñita pendeja? —le respondió el hombre ahora dejándome en libertad y acercándose peligrosamente a Calle que no se le movía ni un pelo.

El hombre no la intimidaba y ella lucía fría como invierno, dispuesta a matar a ese hombre sin rechistar si era necesario.

Cuando el hombre comenzó a avanzar a pasos apresurados en su dirección dispuesto a atacarla, Calle con un movimiento ágil y rápido le propinó un fuerte golpe con el bate en la cabeza. El sonido que provocó el impacto fue estruendoso, al igual que cuando este cayó de bruces al suelo totalmente inconsciente.

Rápido Pochs... sígueme —no había terminado de procesar lo ocurrido cuando Calle ya me estaba arrastrando por esa avenida de mala muerte hacia un auto pequeño que nos esperaba estacionado a un par de metros de lo acontecido anteriormente.

Aún no podía creer la fuerza con la que Calle lo había noqueado... que mujer.

Sin dudarlo ni por un segundo, me metí con ella dentro del carro sin preguntar nada en el asiento trasero. El auto se puso en movimiento en menos de un segundo sacándonos de ese asqueroso barrio y librándome de cometer posiblemente el mayor error de mi vida.

¿En qué demonios pensaba al conseguir dinero de esa forma? No me lo hubiera perdonado nunca y posiblemente el remordimiento me hubiera consumido. No habría sido capaz de acercarme a las personas que amo ni aunque mi vida dependiera de ello por odiarme y darme asco a mí misma.

Pero no fue así porque... de la nada mi ángel guardián me había salvado de cometer tal degradante acto. No me lo podía creer aún.
Después de más de un mes, por fin la tenía aquí conmigo, la había necesitado y extrañado tanto y ahora la tenía sentada a mi lado en el auto de algún extraño.

No lo procesaba aún...

Sin pensarlo dos veces volteé a mirarla luego de salir de mi trance y me lancé a sus brazos llorando desconsoladamente. Porque la había extrañado mucho y porque estaba asustada por lo ocurrido hace unos minutos.

Te-te extrañé mucho Calle... gra-gracias por salvarme —murmuré contra su pecho entre llanto.

El calor que irradiaba me trajo calma de inmediato, me sentía en casa y un enorme alivio se apoderó de mi al saber que la tenía entre mis brazos en este momento. Era inexplicable la sensación de tranquilidad que me brindaba ella con tan sólo un abrazo.

Enterré mi cara en su pecho aspirando su aroma y apretujándola lo más posible hacia mi con mis brazos mientras yo seguía llorando y empapando su ropa.

Yo también te extrañé mucho Poché —susurró contra mi cabeza con la voz cortada. Supe de inmediato que también estaba llorando.

En menos de un segundo, me correspondió el abrazo y me apretujó contra ella con la misma intensidad en la que yo lo había hecho.

La mamá de mi mejor amiga [caché] - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora