Capítulo 6

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Y así lo hicimos, fuimos a nuestra heladería favorita "La casa del helado" donde, sin duda alguna, vendían los mejores helados de todo el planta. ¿Qué digo? De toda la galaxia, y durante mi viaje, los había echado de menos casi tanto como a Gabi.

- Oye Ricardo- dijo Gabi tras darle un lametazo a su helado de vainilla- ¿Me has echado de menos?

Esa pregunta me pillo bastante por sorpresa ya que claramente, si que le había echado de menos, pero igualmente respondí.

-Si Gabi, claro que te he echado de menos enano- También me gustaba llamarle enano, aunque solo nos lleváramos dos días de diferencia.- Y tú, ¿Me has echado de menos?

-Que pregunta más tonta, por supuesto que si. - concluyó con su enorme sonrisa, la cual nunca me cansaría de ver.

-Pues mira, ahora que he vuelto, y el instituto ha dado un par de días de fiesta para celebrarlo, ¿Que te parece dormir en mi casa hoy tú y yo? Ahora nos pasamos por "el rincón de las chuches" y compramos lo necesario ¿Te apetece?- Le pregunté sabiendo cuál sería la respuesta.

-Pues claro- exclamo, mientras sus ojos brillaban más que nunca.- Pero ¿En serio lo que sea?

-Por supuesto, ya sabes, soy el ricachón- guiñe un ojo mientras terminaba de engullir mi helado de dulce de leche, el cual era mi favorito.

Y así lo hicimos, Gabi me hizo gastarme 25 euros en chuches, pero mereció la pena ya que tenia la misma sonrisa que cuando a un niño le compras el juguete que tanto deseaba, llena de inocencia.

Tras esto pasamos una noche genial, engullimos chuches toda la noche y pusimos nuestra peli favorita, Titanic, nos daba igual llorar cada vez que la viésemos, nos encantaba igualmente y nunca la dejaríamos de ver.

-Uf, ya no puedo más- le dije a Gabi

-Ya te digo, pero no vamos a dormir ¿verdad?- dijo Gabi guiñando un ojo.

-Vale, pues si no quieres dormir ¿Que hacemos?- Le dije mirándole a sus ojos azul celeste.

-No sé, ¿Qué tal con ese tal Terry? - me pregunto con una sonrisa picarona, aunque él gesto de sus ojos decía lo contrario.

-Sin más, para mí es como un amigo más, pero ninguno tan cercano a mi como tú, ten lo claro- le dije mirándole a la cara, con un gesto serio

Gabi me sonrió, pero esta vez no era una sonrisa como las de siempre, esta vez era mas forzada y no entendía porque se portaba así conmigo, yo siempre le había contado todo lo que me pasaba ¿Porqué él a mi no?

Tras hablar un rato más sobre cómo nos había ido todo este tiempo separados, nos fuimos a dormir como a las dos. Gabi se durmió al primer segundo en el que su cabeza rozó la almohada. A mí me costó un poco más conciliar el sueño ya que seguía preocupado por el aspecto que tenía Gabi esa mañana. Hasta por la mañana, que no me esperaba encontrar eso.

El viaje que lo cambió todo | Inazuma elevenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora