Capítulo 25

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Christian

Estos días son muy estresantes en casa de los Grey. Hay más de 20 personas en mi casa. Y se me hace casi imposible escaparme para ver a Ana. Dios Ya quiero irme, y alejarme de todo esto. Por esto es que no me gusta mucho la navidad. Viene toda la familia a joder. Y tener primos hipócritas. Que no saben más que joder y joder. El estúpido de Elliot tiene suerte, aún tiene que guardar reposo y se pasa todo el día en su habitación dibujando. Y Kate prácticamente vive aquí, porque se pasa el día "cuidandolo". Odio tener la habitación al lado de la de Elliot. Estos días no he parado de escuchar los gemidos de Katherine. Y en cierto modo les tengo envidia, porque ellos pueden follar cuando quieran, pero yo no. Grace todo el rato me manda a hacer recados, o si no tengo que estar cuidando de mis primos. Son unos tocapelotas los muy enanos. No se pueden quedar quietos ni un puto momento. ¿Es que acaso no tienen padres a los que joder?

Pero hoy voy a ver a Ana, cueste lo que cueste. Mi mama ya está advertida que hoy no pienso ir ni a comprar regalos con la tía Sherry ni cuidar a los memos de Andrew ni Eddie. Y no se hable de pasar rato con el tío Ben, que sólo habla de cuando estuvo en la guerra.
Hoy me he levantado un poco más pronto de lo habitual quiero estar listo e irme a ver a mi hermosa novia.

Cuando estoy bajando poco a poco las escaleras, escucho una voz que me comienza hablar. ¡Joder, es que estos niños no tiene sueño, que son las 7 de la mañana, deberían estar durmiendo!

- ¡Alto ahí vaquero! - Dice Andrew, alzo las manos, para seguirles el juego y poco a poco me doy la vuelta.

- ¿A donde se pensaba que iría forastero? - Ahora el otro, lo que me faltaba, Eddie tiene que seguirle el rollo a Andrew, como no.

- Hey chavales tengo prisa... Tengo que ir a ver a mi dama. - Intento seguirles el juego, pero es que no puedo.

- No tan rápido, primero tienes que alimentar a estos humildes Sheriff's - Que les alimente su madre que para eso está.

- Lo siento, pero he de irme nos vemos en la cena de esta noche. - Y bajo todo lo rápido posible.

Me ha adentro en el coche, y cuando voy arrancarlo me doy cuenta que no tengo las llaves. ¡Maldición!
Sin hacer ruido vuelvo a entrar, agarro las llaves y me voy. Pongo música eso me tranquiliza. ¡Dios que niños más jodidos!

- ¿Hey Christian a donde vamos? - Pregunta Eddie.

- Eddie vamos a... - ¿Que mierda? Están en el puto coche, ¿como coño han entrado? - ¿Que están haciendo aquí? Porque han subido, ¿tienen el cinturón puesto? - Me pongo un poco nervioso, es la primera vez que llevo alguien en el coche después del accidente...

- Hemos decidido que te vamos a compañar. - Que niños más...

Calmate Grey, solo son niños, solo son niños, me vuelvo a repetir.
Llegamos a casa de Ana, no he tenido que más remedio que traer a estos bichos conmigo. Le he enviado un mensaje a mi madre para decirle que estos enanos están conmigo y que jo se preocupen, más tarde los llevaré a casa y que otro se ocupé de ellos.
Son las 7:30, tal y como habíamos quedado ella sale de su casa. Por suerte mía ya le han quitado el yeso y ya está mucho mejor. Ahora la podré follar sin ninguna dificultad.

- Hola, Ana. - Me acerco a ella y le doy un buen beso. Añoraba tanto esto.

- Buenos días para ti también.

- Christian tiene novia, Christian tiene novia - Cantan los memos de mis primos.

- Lo siento, no me he podido despejar de ellos ni tan temprano. - Le susurro a la oreja

- Pues ya somos dos - Se ha pone aún la lado y veo a dos niñas - Son mis primas y no se han separado de mí. Son insoportables - Me dice en voz baja - Creo que tienen la misma edad que los tuyos, mira porque nos los llevamos a desayunar y luego que jueguen en el parque.

- ¡Me parece fantástico!

Tal y como dijo Ana llevamos a los cuatro niños a desayunar a una cafeteria que esta cerca de donde vive Ana. Luego vamos a un parque infantil cerca de la cafetería y ahí dejamos que jueguen, hasta que se cansen. Ana y yo nos sentamos en un banco y comenzamos a hablar.

- Christian, como mañana no te podré dar mi regalo de navidad te lo quiero dar ahora. Sinceramente espero que te guste. - Saca un sobre cerrado, de su bolso y me lo entrega.

En él esta escrito:

Para mi amor, espero que lo disfrutes.
Tuya Ana.

Solo con la nota estoy satisfecho. De reojo veo que esta nerviosa. Sea lo que sea lo que me haya regalado estaré contento. Porque con el solo echo de que este a mi lado es suficiente para mi.
Lo abro, y dentro hay... ¡Clases para aprender a pilotar! Me ha regalos 10 clases para poder pilotar.

- Di algo porfa...

Me tiro a sus brazos y la beso. Meto mi lengua, y la paso por toda su boca intentando quedarme con su embriagador sabor.

- Ana, es el mejor regalo que me han dado en mi vida. ¡Woow! Eres impresionante... Pero esto te habrá costado un ojo de la cara... - Me gusta el regalo, pero son diez clases eso habrá costado mucho.

- Primero que todo, como ves tengo los dos ojos en su sitio. Y segundo el dinero no importa siempre he estado ahorrando y tengo mucho dinero ahorrado. Te mereces lo mejor Christian.

- Lo mejor eres tu Ana. Gracias por haber aparecido en mi vida.

Nos abrazamos y la vuelvo a besar.

Dejamos a las primas de Ana en su casa y luego a mis primos en la mía. Por la tarde me llevo a Ana al lago donde fue nuestra primera cita y donde lo hicimos por primera vez. Ahora el sitio esta un poco nevado y hace frio. Pero sigue estando igual de bello.

- ¡A sí que también se podía venir en coche ehh! - Me recrimina Ana.

- Si, Srta Steele. Pero no me digas que ir en bici fue toda una aventura.

- Lo que me gustó fue lo que paso después.

- Y a mi - Le susurro en la oreja.

Saco una manta del coche y la pongo en el suelo para sentarnos. Nos recostamos en ella y nos ponemos a ver las nubes, a charlar y a...

50 sombras, algo diferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora