Habían detectado la señal estática del radio del jet, pero a una hora de dónde había sido el impacto.
Eso no les hubiera extrañado si no fuera porque el jet había explotado con anterioridad, entonces, ¿cómo podía ser eso posible?.Intentó buscarle lógica hasta llegar a la conclusión de que alguien lo había tomado... Entonces sí estaban vivos.
Con su equipo y el de Graves, se dirigieron hacia donde el radio marcaba la señal. Demoraron dos horas, llegando a un bosque abandonado, alejado de todo.
Con ayuda del rastreador y la ayuda aérea de los Shadows, llegaron hasta donde estaba la señal... Una cabaña abandonada.Rápidamente Price se infiltró en la misma, dándole una fuerte patada a la puerta, observando el interior del lugar.
Juntos Kyle y Graves fue que observaron la cabaña. El radio estaba encendido, el fuego de aquella estufa al parecer había sido apagado no hace mucho. Había poca comida, armas y munición. Linternas y algo de ropa.– Estuvieron aquí... – Price se sentó en aquel sofá, suspirando pesadamente tras haber observado todo, sintiendo frustración. ¿Dónde estaban?...
– Quizás salieron y volverán pronto.
– ¿Y por qué no los hemos visto, Kyle?... ¡Maldición!. ¡Estamos tan cerca y a la vez tan lejos!.
– Tranquilos, muchachos. Pediré a mis Shadows que vigilen la zona desde el cielo, y que cualquier movimiento sea alertado a la brevedad. Buscarán por toda ésta zona, tanto norte, sur, éste y oeste. Si todo ésto es de ellos, entonces estuvieron aquí y muy lejos no deben de estar.– Graves suspiró pesadamente. Tenían que estar con vida, cerca.
– Hazlo. Y cualquier cosa que avisen. Me quedaré aquí junto a Kyle, esperando por su vuelven. Nuestros hombres también se quedarán... Los vamos a esperar aquí.
– Bien. Le diré a Shep-...
– No. Cerrarás tu boca y no dirás nada a Shepherd. Éste asunto es mi problema y voy a solucionarlo sin él, ¿fui claro?.
– De acuerdo, capitán Price. Entonces... Saldré y avisaré a mi gente acerca de su trabajo. ¿De acuerdo?.
– Sí, aunque antes... ¿Hay peligros respecto a osos o animales salvajes en éste lugar?.
– Tengo entendido que no, pero por si acaso, buscaré información. Traeré las computadoras para que puedan trabajar tranquilos.
Tras asentir, salió de aquella cabaña. Avisó a sus hombres para que estuviera atentos, además, pidió llevar toda la tecnología posible a aquella cabaña para poder trabajar todos con la tranquilidad y cómodidad posible.
– Definitivamente éstos fueron los putos rusos... – Murmuró, soltando otro pesado suspiro.