Capítulo 14
Sentía un sonido bastante molesto. El de las agujas de un reloj.
Su rostro dolía, y mucho. Sobre todo por la zona de la frente y nariz, producto del golpe que le había dado aquel hombre.
Y ahí recordó lo sucedido.Poco a poco abrió sus ojos, notando que estaba sentado y atado de pies y manos en una silla de madera. Su pantalón tenía sangre, al igual que su ropa. Y entendía que ésa sangre había salido por su nariz.
Fue levantando su mirada, hasta toparse con la de Jhonny, quien estaba frente suyo, también atado a una silla de madera, de pies y manos, y al parecer también había sangrado.¿Dónde se encontraban?. No tenía ni la más remota idea, pero necesitaban irse de ahí como sea, además de querer salvar a Jhonny si es que los iban a matar.
– Jhonny...
Habló en voz baja, mirando a éste que poco a poco se iba despertando, moviendo sus manos al sentir que estaba atado.
Lo vió subir su vista rápidamente, observando a su al rededor. Al parecer también lo había goleado en la nariz, o cerca al menos.– ¿Dónde estamos, Simon?.
– No-...
– ¡En mi cabaña!. ¡Sean bienvenidos, muchachos!.
Aquel mismo hombre de hoy se acercó hacia donde estaban ambos, con una botella de vodka en la mano. Ambos lo miraron con seriedad, sin entender por qué ése tipo había hecho eso. Debía de haber una explicación lógica, ¿se trataba de un psicópata?. Muy probable, aunque, Simon recordó que había dicho que les habían hablado de ellos dos... Entonces...
– ¿Quién mierda eres?. – Pese a haber hablado, intentaba soltarse de aquella silla. Debía de haber una maldita forma. Él sabía como desatarse, no podía ser tan tonto de simplemente no poder.
– Cuida la forma con la que me hablas, teniente Riley. – Dejó de hacer aquello apenas lo llamó así. ¿De dónde los conocía?. Fijó su vista en el hombre que los veía con seriedad a ambos. Aún que terminó por sonreír. – Mi nombre es Klaus. Trabajo para una compañía de mercenarios rusos. Tu jefe, Shepherd, fue quien provocó llegar a ésto. Debíamos de impedir que lleguen a Rusia para demostrarle a tu General que con nosotros no se juega. Y eso hicimos. Y eso los trajo aquí conmigo.
– ¿Por qué involucrarnos en sus conflictos?. ¡Si el problema era Shepherd, debieron de arreglar ése asunto con él!.
– Déjame adivinar, ¿Primera vez que te envían a misión con las fuerzas especiales o es que acaso eres un puto inútil, eh?.
– No le hables así, no todos entendemos tu idioma de hijo de puta. – Alzó una ceja pero no por lo dicho por Ghost. Si no por la forma en la que había defendido al otro. – Shepherd nos envió a investigar un campo que es usado para entrenar con armas químicas, nada más.
– ¿Entonces no los envió para quedarse con ellas?. Vaya, sí que me sorprende la bondad de ése hijo de puta. – Se acercó a Simon, tomándolo por cabello con algo de fuerza. – ¡Tú general provocó ésto, haciendo cosas que no debía, enójate con él!. – Con brusquedad lo soltó, mirando nuevamente a ambos. – Tenía órdenes de capturarlos, y aquí están, conmigo. Si Shepherd los quiere, tendrá que venir por ustedes y darnos lo que realmente nos pertenece.