JACKSON
La ratita ha palidecido. Su piel de por sí nevada ahora refulge y su nariz, pequeña y respingada ha perdido color.
—¿Vas a hablar mugrosa?
Parpadea y la curiosidad me carcome.
Se me hace difícil de creer que sus ojos sean tan espectaculares y su aspecto tan desagradable.
—Yo... Yo no me voy a casar contigo.
Lo balbucea tan bajo que debo mover mi nuca de un lado a otro, para descontracturarme.
—¿Esa es tu decisión?
Miro a Milton, ordenándole que llame a mis escoltas.
Me está gustando sobremanera que la roñosa se someta de semejante forma.
Las palmas me pican y la intriga me gana al fantasear con esta andrajosa en circunstancias completamente distintas.
Perfumada, con una bata de blanca seda y una pequeña tanga de encaje rojo. Una tanga con abertura, que me permita follarla y rasparle el coño con cada empellón y la tela frotándose en sus pliegues.
Tengo que relamerme porque la visualizo.
Mi cerebro la idealiza con ese pelo oscuro, suelto y ondulado, la mirada al suelo y las mejillas sonrojadas. Tímida, cohibida, temerosa, sumisa y complaciente.
Soñar con la mugrosa ladrona es la mayor decadencia para Jackson Lennox pero me es imposible no hacerlo, no ansiar transformarla en algo sublime para luego romperla a pedazos.
—Eres muy estúpida.
—Puede que lo sea —me farfulla justo cuando me doy la vuelta y entonces lanza una frase en polaco, lo que me enerva pues es un idioma que no manejo.
—¡A mí no me hables en ruso, sucia de mierda! —con vehemencia la tomo de la barbilla.
—¡Búscate otra candidata!
—¿Y perderme la oportunidad de desgraciarte completamente la vida, pequeña vagabunda? —con sorna me le río y la suelto—. Tengo que casarme para conservar mi lugar de prestigio y, ¿qué mejor opción que una rata de laboratorio? Una que me debe mucho, una que voy a usar a mi antojo, que voy a manipular como se me cante, que exhibiré como trofeo y que luego desecharé como el trasto inútil que es.
—No...
—Oh sí —retruco—. No tienes opciones. No quieres irte a Polonia, pues te casas conmigo. Infierno vivirás acá y allá. La diferencia es que allá te van a mancillar, acá al menos te garantizo que seguirás respirando siempre y cuando no me rompas los cojones.
Amelie nunca fue una posibilidad.
Esta roñosa sí; es la mejor de todas.
La convertiré en una mujer digna de un Lennox. Le daré joyas, ropa de diseñador, los mejores perfumes y tarjetas de crédito sin límite de extensión.
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AVARICIA © Pecados Capitales I +21 EN FÍSICO
General Fiction#AVARICIA: Dícese del pecado de exceso ante el deseo de poseer bienes materiales y riquezas. Viciosos contaminados por tener grandes cantidades de objetos, influencias y o poder sin importar los medios por los cuales puedan obtenerlos. Mila se crió...