#AVARICIA: Dícese del pecado de exceso ante el deseo de poseer bienes materiales y riquezas. Viciosos contaminados por tener grandes cantidades de objetos, influencias y o poder sin importar los medios por los cuales puedan obtenerlos.
Mila se crió...
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NARRADOR OMNISCIENTE
Corre andrajosa Cenicienta; ¡corre!
Huye que la bestia de traje te persigue, el hombre voraz, peligroso y salvaje saborea tu andar...
No dudará.
Corre princesa de los bajos mundos...
Los pulmones se le retuercen, le arden cuando intenta tomar aire. Nunca le supuso un problema escapar de los líos pero hoy su rival tiene las de ganar.
La camioneta de brillante esmaltado negro y el Range Rover escrito en plateado le suspira en la nuca y no vacilará en pasarla por arriba en cualquier momento.
Su zapatilla deportiva, desgastada y sucia le quedó en la acera y entonces escapar le resulta aún más difícil.
Cojea, se agota, se agita.
Está acostumbrada a la adrenalina, al mal vivir, a inmiscuirse en callejones oscuros y mal olientes laberintos, no obstante hacerlo en suelos mojados revestidos de una fina y nevada capa de hielo la lleva a trastabillar.
Sus pies se entorpecen, su agilidad disminuye, el pavor a ser alcanzada aumenta su frecuencia cardíaca y si eso ocurre, su sistema respiratorio se ralentiza.
Se aferra a su nueva adquisición: el Rolex y el portafolio.
Lo que contiene el maletín lo aventará al río apenas pueda desaparecer del radar de su víctima. Le interesa el cuero de la pieza; sabe que en el mercado callejero una cosa semejante vale quinientos y quinientos es lo que Mila necesita.
Quinientos de la cartera y una buena paga en una casa de relojería es lo que se va a llevar a su hogar esta semana.
Con el dinero de ambos pagará la olla del merendero y eso será suficiente para calentarle la barriga a sus amigos en días cuya ola polar enfriará manos, corazones y cuerpos en el peligroso y siniestro Chicago.
—¡Señorita!
El grito viene desde la camioneta.
Mila ladea la cabeza para reparar en la del chófer quien prendado de la ventanilla suplica que se detenga.
Milton es un hombre comprensivo, ameno, de buenos valores, y tiene claro que si la vagabunda no cesa, no se arrepiente y no devuelve lo hurtado, su destino será fatal.
Conoce a Jackson desde niño. Trabajó para su padre y a los catorce comenzó a trasladar al heredero del imperio. El carácter del señor Lennox es caos puro. Carece de paciencia, de tacto y de humanidad.
La vida de Jackson se ve motivada por los negocios y ahora, son los negocios dentro de su maletín lo que lo traen ardiendo en cólera. Una furia arrebatada, animal, extremadamente violenta que no menguará si la ladrona no se entrega de una buena vez.
