Con el peso extra aplastando mi estómago voy moviéndome. Me cuesta abrir los ojos. Hace demasiado calor y una respiración que no es la mía empapa mi nariz.
Parpadeo frunciendo el ceño, inmersa en la incomodidad de la somnolencia.
Todo luce borroso.
Todo se ve distorsionado.Carraspeo bajito y sigo pestañeando hasta tener el presente tan claro como el agua.
¡Qué!
«¿Qué rayos?»
Jackson está muy cerca. Su boca se encuentra a suspiros de mis labios y es su aliento caliente lo que se adhiere a la piel de mi rostro.
Está profundamente dormido. Apacible, tranquilo, aplanando mi diminuto cuerpo con su anatomía de Tarzán.«¡Pero qué sujeto más desagradable!»
El pelo le cubre mitad de la cara, su brazo, cuatro veces el tamaño del mío rodea mi cintura y su pierna me apresa sin consideración.
Achino la mirada analizando al ricachón que anoche sucumbió a los encantos de una vagabunda roñosa y sonrío complacida; muy complacida porque asumo que él ya cayó.
Se lanzó directo y se dejó atrapar. Todo será más fácil de lo que planifiqué en un inicio.
Me volteo en la cama. El movimiento no le hace ni mella al gorila de largo cabello que tal parece, es de buen dormir.
Apoyo la barbilla en una mano y recargo el codo en la almohada.
Sigo con mi ropa interior intacta y el magnate con su pantalón desprendido y la camisa desarreglada. Cada prenda en su sitio aunque en desorden.El asunto se salió de control pero es que el relajo con orden a veces es un mal necesario.
En la vida hay que liberar dopamina para ser feliz y a este cavernícola le urgía una dosis de la Mila Novak que se esconde tras los harapos y cara de no mato una mosca.
Jackson Lennox merecía probar un poquito de la verdadera polaca. Tan sólo un poquito para quedarse con las ganas de más; mucho más de mí.Ganas que luego se transformarán en fijación y la fijación en su contundente ruina.
«Tan buen mozo. Tan sexy y caliente. Tan culto para algunas cosas. Tan acaudalado y tan tiránico. Tan hijo de puta. Tan déspota. Tan despectivo y tan humillante»
Estiro la mano y enredo en mi dedo un mechón de su pelo castaño. Es suave y fino pese a que aparenta lo contrario.
Jackson huele bien. No sólo a Polo Negro sino a buen shampoo. Uno mentolado que acicala mi olfato.
«Podría haber sido un partido ideal. Un gran compañero y la pareja perfecta de cualquier suertuda... Pero lejos está él, de eso»
Esbozo una perversa e imperceptible mueca soltando las hebras para rozar sutilmente su espesa barba y el grosor de sus labios.
Tuvo la desdicha de caer en manos de la avaricia... Y de eso nadie se salva.
Ya no sonrío y tampoco lo toco. Retiro mis yemas de su interesante y masculino rostro, y removiéndome con espanto por permitirme segundos; simples segundos de debilidad me escabullo de sus extremidades, zafando de su robusta anatomía.
Él ni se inmuta y yo prefiero caer de culo al suelo, que seguir al lado suyo.
—¡Aléjate Satanás! —con los dedos en cruz apunto a su semblante sereno y retrocedo, en busca de mi vestido.
Me lo pongo a las apuradas y al paso me hago de mis tacones, saliendo con urgencia del cuarto de invitados.
La huida marcha bien, excepto que en los pasillos me topo con Lola y, Lola... Hay algo que no me cuadra con ella. Con la elegante Lola Lennox que luciendo bata de felpa y soberbias pantuflas me da los buenos días balanceando entre sonrisas su periódico.
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AVARICIA © Pecados Capitales I +21 EN FÍSICO
Fiksi Umum#AVARICIA: Dícese del pecado de exceso ante el deseo de poseer bienes materiales y riquezas. Viciosos contaminados por tener grandes cantidades de objetos, influencias y o poder sin importar los medios por los cuales puedan obtenerlos. Mila se crió...