CAPÍTULO XVII

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¿Será que se ganan antes del fin de semana la tercera parte de este capítulo? Mmm

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¿Será que se ganan antes del fin de semana la tercera parte de este capítulo? Mmm... Veremos dijo el ciego.

MILA

—¡Vamos Jackson, sabes que nunca te pido nada! —le regalo un puchero y mi más caprichosa escena; una a la que no se podrá negar.

—¿No te gusta la suite? —camina hacia los ventanales, abotonándose la camisa.

—Es preciosa y tiene una vista espectacular —me deleito en su andar y la forma en que su trasero se aprieta en la tela de vestir—, pero no vine a Turquía a encerrarme en una habitación y esperar por ti.

—Me puedes acompañar a la reunión.

—Ellos quieren verte primero, se lo dijeron al mensajero.

—¿Husmeaste mi llamada?

Gira la cabeza, topándose con mi proximidad.

—No fue muy difícil. Por la forma en que casi gritaste que no llevas ni cinco horas en Estambul, hasta los botones podrían haberte escuchado.

Dejo mi pocillo; uno especial para el té de bienvenida y toco en cincelado brazo de mi marido.

—Si vas ahora podrás alcanzarme en el Bazar y compraremos muchas chucherías juntos —le muestro una sonrisa cargada de entusiasmo—, ¿qué te parece?

—¿Es que aparte de ambiciosa eres acumuladora y compradora compulsiva?

Lo ojeo de mala gana, levantando un hombro con desinterés.

—Convengamos que todos tenemos oscuros secretos.

El lobo bufa, se tensa, manifiesta de varias formas su negación.

—Mila, no estoy de acuerdo.

Corro las cortinas de fino lino color crudo y obligo a Tarzán a voltear, para quedar frente a frente conmigo.

—Este hotel es bellísimo, y la habitación lo es aún más —señalo la grosera cantidad de bocados dulces que sirvieron para nosotros, así como la decoración de predominante arte rústico en colores tierra y estampados—, pero no voy a perderme de conocer los mercados, las calles y la gente de Estambul sólo porque te da miedo que salga a pasear.

—Es peligroso —espeta de forma severa.

En mis ansias por transmitir tranquilidad aprieto su mano. Quiero que confíe en mí; no me pasará nada malo, solamente deseo conocer este maravilloso lugar.

—Me he enfrentado a cosas más peligrosas que una ciudad inmensa con mucho tráfico y mucha gente.

—No toda la gente es amable y gusta de recibir extranjeros, polaca —el salvaje hombre de las cavernas exuda preocupación—. Hay embusteros, ladrones, estafadores... Asesinos, violadores.

AVARICIA © Pecados Capitales I +21 EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora