MILA
Me despierto en su cama, abrazada a sus almohadas como si fueran las mías. Tomo un baño en su ducha y me visto con su ropa.
«Te le estás apoderando de todo y la ceguera del deseo lo tiene tan obnubilado que no se está dando cuenta»
Mis pies descalzos recorren la habitación de Tarzán Lennox.
Sin temor a equivocarme podría decir que es el dormitorio más grande de la mansión. El más fino y exuberante en ambientación.Cama King, grandes espejos, vestidores inmensos cargados de innumerables prendas masculinas; desde trajes y zapatos hasta gemelos, pañuelos y accesorios. Perfumes caros, lociones aún más caras, buen sonido, un enorme plasma, el costoso escritorio sobre el ventanal.
Fácilmente podría vivir una persona en este cuarto o en su baño, porque con las dimensiones que alberga bien sería ambiente para uno.Deslizo la mano por las sábanas de seda y me paro delante del espejo tocador, cuidando de no pisar ningún frasco roto de los que anoche sin pena, él botó al piso.
Enrollo la playera Polo que agarré del vestidor y la paso por mi cabeza, notando que lo que a Jackson le queda espectacular, a mí me sobrepasa las rodillas.
Me quedo absorta, mirando la hora en el reloj digital que adorna una de las mesas de luz. Todavía no dieron las seis y el ricachón no se encuentra en la recámara.
Hábitos.
Curiosos e intrigantes hábitos.
Me siento en el filo de la cama y apoyo las manos en el colchón.
Es momento de seguir avanzando.
Ya me le metí en el alma; llegó la hora de pudrirle hasta las entrañas. De volver mascota al domador y empezar a conquistar su mundo, que a eso he venido.
Los Lennox tienen algo que necesito y Jackson es mi llave.
Muevo la cabeza deleitándome en el crujido de mis vértebras. Me levanto y en puntillas salgo del dormitorio bajando sinuosamente las escaleras. Aún no amanece y la gigantesca morada permanece en completo silencio.
Me asomo a la sala; no hay nadie, pispeo el living, tampoco. Nadie en la sala de juegos y apuestas y tampoco en los recibidores.
Todo luce desordenado, casi caótico. Todo se ve igual que anoche y...
—Buen día —freno con mi saludo a un hombre de mediana edad y gran estatura que aparece de pronto—. Disculpe, ¿me podría decir si... Hoy vendrá alguien a arreglar este desastre?
El caballero me ve con espanto y no se da siquiera el tiempo de devolverme el gesto; sale con prisas en dirección opuesta a la que yo me encuentro.
—¡Señor! —lo sigo, llamándolo en murmullos—. ¡Señor, sólo lo preguntaba porque... No me molesta colaborar y organizar un poco!
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AVARICIA © Pecados Capitales I +21 EN FÍSICO
Fiksi Umum#AVARICIA: Dícese del pecado de exceso ante el deseo de poseer bienes materiales y riquezas. Viciosos contaminados por tener grandes cantidades de objetos, influencias y o poder sin importar los medios por los cuales puedan obtenerlos. Mila se crió...