𝚅𝚒𝚛𝚞𝚜 | 𝙱𝚊𝚔𝚞𝚐𝚘𝚞 𝙺𝚊𝚝𝚜𝚞𝚔𝚒

I

Las calles están destrozadas, la gente muere rápidamente y en su lugar se levantan como seres hambrientos de carne humana, los gritos destrucción. El fuego, todo aquello se junta y las ciudades caen hasta las mismas cenizas, nadie sabe cómo empezó, nadie sabe quién es el culpable. El gobierno cae, las fuerzas militares ceden y es así como se inicia lo que ahora muchos llaman, "nuevo mundo", es estúpido, es un mundo donde los quirks dominaban y eran la cúspide para la paz ahora es el inicio de su caos, están muertos. Y sin embargo aún pueden controlar los poderes que heredaron cuando estaban en vida.

Es pesado, irritante, los mechones rubios son tirados con fuerza por aquel de mano quemada que busca su destrucción, los escombros caen con fuerza alrededor de ellos peligrando con que alguno les aplaste la cabeza, sin embargo. Es inevitable un combate, villano y héroe se miran cara a cara con entrecejos fruncidos. Celeste y carmesí chocan entre si con rabia acumulada.

—¡¿Cómo demonios pudiste?! —El cenizo no se detiene en ningún momento, no hay leyes ya, nada ampara a qué la vida de ese villano prevalezca entre esa sociedad hecha mierda. —¡Era tu maldito hermano, tu jodida madre y el resto de tu puta familia!

Frente a ellos esta lo que alguna vez fue la residencia de los Todoroki, nadie habita allí ahora, toda la familia murió bajo las llamas incandescentes de Dabi. Este ríe con cinismo, generando que sus llamas rodeen el cuerpo del cenizo para tenerlo acorralado, no lo va a dejar escapar.

—Pero no eran tu maldita familia. —Escupe con rencor, el cenizo intenta retroceder quemando un poco la suela de su bota al pisar las llamas.

—Pero era mi jodido amigo el que estaba allí. —Señala la casa en destrucción, intento salvarlos, lo intento. Pero no logro pasar más de allá del living, eso le genera conflicto interno.

Su pecho se oprime con fuerza y eso le genera malestar, no sabe nada de sus amigos, la UA estaba resguardada y espera siga así por un largo tiempo, el solo había ido a buscar a Shõto y su familia. Pero al llegar lo único que quedó de ellos fue eso, esa maldita casa en decadencia y el villano frente a él aclamando una victoria por el fin de su familia.

Las ganas de llorar producen un nudo en su garganta sin embargo permanece alerta, con la vista ligeramente nublada por su llanto acumulado y la lluvia que empieza a caer por sobre sus cabezas.

—¡Te mataré maldito bastardo! —Aclama mientras salta las llamas con ayuda de sus explosiones.

La lluvia no es su aliada, los días lluviosos son su martirio desde que descubrió su don y allí estaba apagando las llamas de lo que alguna vez fue la casa de su bicolor compañero, siente náuseas, talvés por no comer adecuadamente y el conjunto de emociones entremezcladas. Sus explosiones son numerosas, intentando darle aún solo objetivo en su mira; algunas lágrimas se derraman mientras el cabello se le empapa.

Cuando toca el suelo siente que se marea momentáneamente, pero no se permite flaquear frente al albino que sonríe con burla frente a su persona.

—Yo ya cumplí mi objetivo, ahora me iré. —Retrocede lentamente, cosa que el cenizo no permite pues termina saltando sobre su espalda.

—Se que dijeron que estaba prohibido. —Murmura para si, sacando de un pequeño frasco una de las balas anti don que anteriormente se pensaba, habían sido destruidas. —Pero tu, cabron, vas a morir de una u otra forma.

Una pequeña explosión genera que la bala se incruste en la espalda del albino, este se remueve e intenta dar uso de su quirk, sin ningún éxito. El cenizo sonrió complacido por ello.

El ruido de las explosiones y las llamas fue lo suficientemente fuerte para atraer a los llamados, "errantes" (nombre dado por el gobierno en su última transmisión) por lo que el cenizo se vio obligado a pararse e intentar huir.

La ciudad está en escombros, no queda nada de lo que alguna vez fue la sociedad segura por los héroes, la estatua de All Might no es más que un pedazo de metal derretido por las llamas que la rodean, las explosiones en los edificios cercanos se hacen más fuertes, más peligrosas, las llamas de extienden por la ciudad a una velocidad alarmante y la lluvia empieza a cesar, eso le genera malestar. No le gusta.

—Kirishima. —Intenta llamarle por su teléfono, nada, las líneas telefónicas finalmente fallaron, eso solo significaba que las torres de comunicación habían sido derrumbadas.

Entre explosiones llegó a la UA hecha fortaleza, ingreso por dónde se había escapado y para su alivió todo estaba igual a como se fue. Escucha algunos sollozos a sus cercanías, apretando la mandíbula en cuanto la silueta de sus compañeros de clase se hacen presentes, sabe que todos esperaban verlo acompañado. Pues por ello había salido a escondidas del refugio.

—Llegue muy tarde... —Murmuro dejando caer sus granadas, finalmente sus rodillas ceden y los sentimientos acumulados afloran con rapidez a través de sus lágrimas. —¡Está muerto! ¡Él y su familia están muertos!

Todos se miran en silencio, siendo el pelirrojo y el azabache los primeros en acercarse para consolar al cenizo, los llantos no tardan en inundar el lugar. Las chicas se abrazan entre si y los chicos. (Algunos no todos) sollozan desde sus lugares.

—¿C-como? —Pregunta el peliverde desde su lugar, incapaz de acercarse al cenizo para brindar algo de apoyó.

—Su maldito hermano llegó antes que yo e incendio todo...

Nadie dice alguna otra palabra, los sollozos del cenizo generan más de un escalofrío, quien se aferra con fuerza a la ropa del pelirrojo y solloza en su hombro.

Todoroki Shõto fue el primero de su clase en caer a manos de Toya Todoroki.