𝚅𝚒𝚛𝚞𝚜 | 𝙱𝚊𝚔𝚞𝚐𝚘𝚞 𝙺𝚊𝚝𝚜𝚞𝚔𝚒

XIX

Ocho meses atrás.

Para Shotõ Todoroki su meta era clara en ese momento, mientras el fuego consumía a su familia y su casa, sobrevivir era su objetivo principal. No importaba si su hermano estaba estallando en carcajadas en el living de la casa, que su padre se aferrara a sus hermanos y su madre, no le importaba. Solo necesitaba vivir, a tientas se movió por el piso, el calor se acumula y el sudor baja junto a la sangre, traga saliva. Intentar enfriar aunque fuera un poco la madera sería estúpido, su hermano lo notaría y no dudaba que intentará matarlo o en su defecto, que lo hiciera.

Sus piernas duelen, a medida que avanza por la calle siente como la sangre de sus brazos desciende con rapidez, siente como si se estuviese quemando en ese momento y no importaba cuando hielo usará para intentar enfriarse era inútil, el calor interno no mejoraba. Jadea, está cansado, con todo el cuerpo quemado y con hielo derritiéndose en una de sus manos, fue solo cuestión de segundos para que terminara colapsando a mitad de la calle. Siendo bastante afortunado de que ningún infectado lo viera.

Cuatro horas después.

Lo primero que vio al despertar fueron unos mechones rubios e instintivamente pensó en el cenizo de mirada escarlata, en cuando fue aclarando y la figura por fin tuvo forma. Pudo decir muy abiertamente que estaba decepcionado, Katsuki debía seguir esperándolo en esa estación de bus, justamente iba para ese lugar por un atajo cuando se desmayo, ¿Y si algo le ocurrió? No quería ni pensarlo, perder a su familia ya era lo suficientemente doloroso y el pensar que posiblemente habia perdido al cenizo sería la cereza del pastel para su desgracia.

—Desperto. —Hawks miro al menor de los Todoroki con bastante preocupación, evitando tocarle. —¿Puedes hablar? ¿Que ocurrió?

Las preguntas lo abruman en ese momento, su garganta arde, posiblemente por todo el humo inhalado, sin embargó. Apenas se mueve, hace su mejor esfuerzo y da una mirada al rubio de alas rojas.

—Estan muertos... —Murmuro con voz rasposa, quiso acariciar su garganta pero la sensación de estar envuelto en algo lo impidió.

—¿Todos? ¿Endeavor también? —Pudo notar el dolor en la mirada del alado, asintió apenas. Viéndolo fruncir ligeramente sus cejas mientras se aparta lentamente, en su lugar se quedaron Mirko y Edgeshot, quienes guardaron silencio.

—Tienes quemaduras bastante graves. —Hablo la coneja, con cierta preocupación en la voz. —Quedaran algunas cicatrices, pero si no te lastimas o te tocas, posiblemente la cantidad descienda. —Le regaló una pequeña sonrisa, que no pudo devolver.

Ambos adultos salieron del cuarto y carraspeo una vez más su garganta, necesitaba ponerse de pie, salir de allí e irse a la UA donde Katsuki lo estaría esperando. Aún cuando lo intento, se detuvo apenas movió una de sus piernas, el dolor era inmenso notando así como la gasa se fue llenando lentamente de su sangre. No sé atrevió a moverse una vez más, el cuerpo le dolia lo suficiente como para intentar moverse una vez más.