XIII

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Para todos los estudiantes de la clase 3A fue algo diferente, muchos de ellos no estuvieron de acuerdo con las medidas que se tomaron para mantener a salvó a los ciudadanos, asesinar inocentes no estaba en sus planes y definitivamente cuando los h...

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Para todos los estudiantes de la clase 3A fue algo diferente, muchos de ellos no estuvieron de acuerdo con las medidas que se tomaron para mantener a salvó a los ciudadanos, asesinar inocentes no estaba en sus planes y definitivamente cuando los héroes profesionales y la policía empezaron a disparar contra los civiles infectados fue algo que los aturdió, Kirishima fue uno de los primeros en negarse a usar su don para asesinar civiles aún cuando la situación lo pedía se negó rotundamente a hacerlo, estaba frustrado, creía que había más medidas que se podían tomar para que nadie muriera y pudieran tratar a los enfermos. Aparentemente eso no pasó.

Y no ocurriría nunca.

La primera vez que uso su don para asesinar a alguien ocurrió durante una ronda nocturna, Ashido, Yaoyorozu y Ochako iban con él, las chicas estaban algo incómodas con la idea de salir. Incluso Mina y Uraraka quienes eran las que protegidas estaban, -hablandose desde el punto de vista de sus dones-. La azabache iba unos pasos más atrás y Eijirou es quien iba a la cabeza del grupo, todos alerta. Por si había algún civil en peligro.

—Esto es aterrador. —Murmuro la de cuernos abrazándose a Uraraka, está apenas dejó unas pocas palmadas en su cabeza.

—Tranquila Mina, solo nos quedan unas cuantas cuadras luego volveremos y entraremos a la UA. —Consolo la castaña con una sonrisa, la chica apenas asintió.

Nuevamente el silencio reino entre ellos, o así fue hasta que escucharon el crujir de unos cuantos huesos y gruñidos a la vuelta de la esquina, las chicas se quedaron en silenció mientras Kirishima se acercaba y miraba por sobre el orillo de la pared.

Sintió su sangre helarse.

Nuevamente dió la vuelta y camino lentamente, intentando no hacer ruido, silenciosamente hizo una seña y las chicas le siguieron, hubieran logrado irse con éxito si no fuera por un detalle mínimo, y era que frente a ellos, habían más de siete errantes, presumen entonces les siguieron desde quien sabe cuándo, lo que saben, es que ahora los gruñidos y el sonido de ladrillos siendo destrozados llamo la atención de los errantes del otro lado. Se ven rodeados, tragando saliva cuando se percata de algo que le género náuseas.

Entre las bocas de los errantes están los restos de lo que alguna vez fue un bebé.

Es Yaoyorozu la primera en actuar, creando una guadaña que les ayuda a despejar los primeros metros, Kirishima quien no se quedó atrás hizo uso de su don para golpear a algunos destrozando sus cabezas en el proceso y mientras todos huyen el pelirrojo solo puede pensar en una cosa.

No había ninguna posibilidad de redención para los infectados.

Los ojos rojos del teñido observan con impotencia como aquel hombre apunta a Katsuki con el arma, siente el golpe de adrenalina y apenas observa la seña que el rubio hace termina colocándose de pie y retrocediendo lentamente, el hombre parece más ...

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Los ojos rojos del teñido observan con impotencia como aquel hombre apunta a Katsuki con el arma, siente el golpe de adrenalina y apenas observa la seña que el rubio hace termina colocándose de pie y retrocediendo lentamente, el hombre parece más centrado en Katsuki que en ellos, una cosa a su ventaja. Toma algo de impulso y antes de que se atreva a dispararle al rubio logro taclearlo y que Shigaraki le quitará el arma.

En entonces que observa al hombre en cuestión, sintiendo como se le remueve el estómago de incomodidad y decepción.

—¿Fatgum? —Pregunta con incredulidad, el hombre luce muy diferente a como lo recordaba, está delgado, más de lo que su forma delgada lo es, ojeroso y con el cabello completamente sucio y opaco.

—Lo siento, Kirishima. —Murmura el hombre desviando sus ojos de los del jóven teñido, el agarre flaquea y es entonces que este aprovecha para huir.

O al menos lo intente, pues Shigaraki disparo y le dió en el tobillo mandando lo directamente al piso.

—Carga a Sero y monten las mochilas al auto, nos vamos. —Sentencio el albino cargando otra vez el arma, listo para acabar con el rubio de dos metros.

El pelirrojo se mueve con rapidez y se atraviesa en el camino levantando las manos, el albino le observa con molestia. Bajando momentáneamente el arma para dejarlo hablar.

—Dejalo con vida. —Dice bajo, mientras avanza. —Hizo mal, lo sabemos, pero mira las circunstancias. Nadie puede mantenerse recto en este mundo, ¿No?

—Intento matar a Sero y llevarse a Katsuki a quien sabe donde solo por comida. —Refuta el contrario, están a la misma altura, por lo que no le cuesta mirar con evidente molestia al de dientes afilados.

—Podemos preguntar quién lo envío. —Dice otra vez, mientras el cenizo carga las mochilas al auto de Fatgum y ayuda a Sero a subir al asiento trasero.

—Bien, pero que sea rápido, súbelo al asiento trasero.

Kirishima asiente con rapidez para correr en dirección a su ex mentor y ayudarlo a ponerse de pie, cuando está cerca del auto abre la puerta trasera para que esté suba. En cuánto lo hace, el de ojos carmín chasquea la lengua y abre la puerta del piloto.

—Katsuki va al frente conmigo, tu intenta hacer que hable y Sero, no te duermas hasta que podamos tratar esa herida.

Todos asienten en silencio, siendo el cenizo el último en subirse y mantenerse callado, mientras Kirishima habla con Fatgum intentando sacarle algo de información, el albino solo puede mirar el rostro afligido del rubio.

—¿Tienes idea de quien te busque?

—¿Eh? Para nada. —Niega un poco, gruñendo por la molestia. —Pero cuando sepa quién es el bastardo... Lo mataré.

Una sonrisa pequeña e imperceptible se pinta en los labios de Shigaraki, claro que va a matarlo, el mismo a visto varias muertes de vivos a manos del rubio, por dos motivos. Han querido matarlos o robarles, y evidentemente el cenizo ya no tiene los mismos valores de cuando todo inicio, aunque, para ser sinceros.

¿Alguien tendría esos valores ahora?

Lo duda.

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𝚅𝚒𝚛𝚞𝚜 | 𝙱𝚊𝚔𝚞𝚐𝚘𝚞 𝙺𝚊𝚝𝚜𝚞𝚔𝚒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora