Una extraña enfermedad desata el caos y la caída de la sociedad creada por los héroes.
𝙵𝚊𝚗𝚍𝚘𝚖 𝙱𝙽𝙷𝙰
𝙻𝚘𝚜 𝚙𝚎𝚛𝚜𝚘𝚗𝚊𝚓𝚎𝚜 𝚙𝚎𝚛𝚝𝚎𝚗𝚎𝚌𝚎𝚗 𝚊 𝚛𝚎𝚜𝚙𝚎𝚌𝚝𝚒𝚟𝚘 𝚊𝚞𝚝𝚘𝚛
𝙿𝚊𝚛𝚎𝚓𝚊𝚜 𝙻𝙶𝙱𝚃+
𝙻𝚊 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊 𝚜𝚒 𝚎�...
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Desde el momento en que Toga le encontró vagando por las calles no se separaron, tenían años sin verse. La adolescente ya era toda una adulta joven que lucía ligeramente demacrada, era de esperarse, ambos terminaron en Tártaro, y no es como que precisamente ese fuese un hotel cinco estrellas. La destrucción, los gritos de agonía fue todo lo que en su momento Shigaraki quiso y deseo escuchar, pero en ese momento. Todo era tan ajeno a él que no supo cómo sentirse, corrían peligro, al igual que los civiles. Al igual que los héroes; ya no había distinción.
Una mordida y todo se acaba.
Fue lo que pensó mientras tomaba alguna camisa de la tienda a la que entró junto a la rubia, está se encontraba bastante emocionada escogiendo cualquier conjunto y probandolo para después tirarlo. ¿Cuánto duraron allí? Seguramente horas, pues su estómago gruñó por el hambre y eso le género molestia. Una vez volvieron a las calles se centraron en buscar alguna tienda de víveres, restaurantes, algo donde vendieran comida.
—Estoy hambrienta... —Lamenta la rubia, el sol ya está descendiendo y saben no faltará mucho para que anochezca.
—Debimos encontrar comida hace horas mínimo estaríamos más cerca del centro. —Refuta el albino.
Ambos villanos permanecen en silencio hasta que la rubia capta algo. No sabe de dónde, pero está tenía un cuchillo en mano completamente lista para atacar y así fue, en menos de cinco minutos la vio capturar a un pobre perro que vagaba en busca de su dueño, se adelantó lo suficiente para quitarlo de sus brazos.
—No vamos a comer perro, Toga. —Gruñe con asco, dejando que el animal se vaya y sacando un chillido molesto de la rubia.
—¡Pero Shigi! ¡Tengo hambre!
—Aun no llegamos al extremo de comer animales domésticos, creo que ví un arcade cerca y allí venden cualquier porquería comestible.
Su mano agarra con brusquedad el brazo de la menor y tira de ella para hacerla caminar y que olvide al animal. La sensación de asco se acumula en su estómago. Tomando una bocanada de aire para calmarse, tal cual como lo dijo. Un arcade se encontraba en la esquina, liberando a la menor y dejando que fuera rápidamente a inspeccionar el lugar.
Aunque él no se quedó atrás y fue tras ella, con las manos en los bolsillos tratando de no hacer ningún ruido innecesario, había escuchado un par de gritos de auxilio a unas cuantas cuadras y no quería gente ni infectados en esa zona.
—Tenias razón, Shigaraki. —Toga llega con una sonrisa extensa y un par de golosinas en mano. —Tendremos comida para unos tres días, más o menos.
—Mas que tiempo suficiente, mejor busca dónde dormir y come algo. Cerraré todo y apagare luces.
La menor asiente con rapidez, yendo a la zona donde se supone iba el cajero para empezar a sacar algunas frituras, Shigaraki solo tiene fuerza para mover algunos juegos y trancar la puerta principal, nada sale ni entra, así mínimo por dos días más.