CAPÍTULO 18: Rota

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Tal como el comandante lo ordenó se organizan en grupos de quince hombres para descansar y tener sexo con Victoria, algunos hombres se negaron porque pensaron que aquella pobre chica podría ser su hermana, su esposa o hasta su hija.

Al enterarse de aquello el comandante los amenazó con que serían ellas las que estuviesen en el lugar de Victoria la próxima vez si no lo obedecen, le gusta que todo se haga siempre a su modo y que sus hombres demuestren cuan despiadados pueden ser.

Le atan las dos manos juntas con una cuerda y aprietan con fuerza al punto de lastimarla, luego atan el resto de la cuerda a una gran raíz en forma de arco que sobresale del suelo, Victoria queda con la espalda inclinada, una posición perfecta para que desde atrás puedan penetrarla profundamente.

A petición del comandante permanecen muy cerca al campamento donde todos están, para que Samuel pueda escuchar el llanto y los gritos de su amada.

Hacen un círculo los quince hombres y sacan una bala de una de las armas y la giran en el suelo, a la persona que señale la punta de la bala será el afortunado en ser el primero que acceda carnalmente a Victoria.

La visibilidad que tiene Victoria es limitada debido a su posición, por lo que no puede saber quién está detrás suyo, siente que unas manos sujetan su pantalón y lo desliza hacia sus pies, luego siente lo que parece ser la punta caliente de un pene rozar su parte íntima, comienza a llorar de nuevo y cierra sus ojos esperando que la pesadilla acabe pronto.

Sabe que hacer una pataleta, gritar y rogar no le servirá de nada, es su vida o la de ellos y ellos no la van a preferir a ella, ellos no son Samuel.

El tipo detrás de ella le escupe la vulva en un intento de lubricarla, está totalmente seca y aterrada, de pronto siente como se va adentrando en ella lentamente mientras gime y se sujeta de su cintura.

Ella solo piensa en Samuel, a pesar de ser en contra de su voluntad siente que lo está traicionando, siente asco por todos e incluso por ella misma, el sujeto la está penetrando sin condón, el comandante lo hacía sin condón, lo hizo con Samuel sin condón y seguramente los demás lo harán sin condón también, por un momento se imagina contagiada de sida o cualquier otra enfermedad de transmisión sexual e incluso embarazada y sin saber de quién.

El primer tipo estaba tan urgido o simplemente es precoz y solo dura un par de minutos, el problema es que hay más, faltan muchos más.

Pasa el segundo, el tercero, el cuarto, la espalda de Victoria comienza a doler y las piernas a adormecerse, su cabeza duele y sangra un poco, tiene una pequeña abertura, a veces esta choca contra el árbol debido a los movimientos desenfrenados con que la penetran.

Pasa el quinto y antes de penetrarla con voz temblorosa le pide perdón por lo que hará, Victoria se quiebra y su llanto se acrecienta, les ruega porque se detengan, pide que paren pero ellos parecen no escuchar.

La tocan, la aprietan, jalan su cabello, la golpean, se burlan de ella y cubren sus nalgas y su vagina con semen, mucho semen, unos demoran poco y otros tal vez demasiado, para Victoria los minutos se convierten en horas y las horas en una eternidad.

Acaba el primer grupo de quince hombres y Victoria está exhausta, su cuerpo no está acostumbrado a tanta actividad sexual y su vagina comienza a sangrar debido al desgarro.

Jamás se sintió tan humillada, siempre que un hombre trataba de hacerla sentir inferior allí estaba ella parándose firme y cerrando bocas, demostrando que nada le queda grande, que por ser mujer no es menos.

Esta vez no puede defenderse, no tiene cómo hacerlo y la única persona que podría intentar ayudarla está encerrada y desangrándose, Samuel, ese que alcanzó a escuchar su llanto y ruega por un milagro que los pueda sacar de allí.

El segundo grupo se organiza para tomar su turno con Victoria pero comienza a llover a cántaros por lo que deciden esperar, hace frío y podrían enfermarse, el comandante no puede perder a sus hombres, pero no se preocupan por ella, la dejan atada.

Las gotas se filtran a través de las hojas del árbol y mojan el cuerpo semidesnudo de Victoria, sus lágrimas se mezclan con el agua y sus gritos se camuflan con el sonido de los truenos.

Como puede y sin lastimar mucho sus muñecas se tira al suelo cayendo acostada de medio lado y permanece en posición fetal llorando y rogando que un rayo caiga sobre ella y apague su vida.

El sol se oculta y todo se oscurece, la luna no se vislumbra esta noche, el cielo está gris tal como el corazón de Victoria y Samuel, parece sentir y acompañarlos en su dolor.

La temperatura desciende drásticamente, Victoria tiembla, todo su cuerpo se contrae con grandes espasmos debido al frío, pero por lo menos el estar acostada sobre el suelo le ha servido para descansar un poco su adolorido cuerpo.

Un par de horas después Victoria casi no se mueve, su cuerpo parece apagarse, su vista se nubla y su pulso se debilita, no da ni siquiera para continuar llorando.

La lluvia parece no cesar pronto y la condición de Victoria empeora, de cierta forma en medio de su inconsciencia está feliz, a ese paso morirá pronto.

Ha pasado por tanto en tan poco tiempo, fue privada de su libertad, ha sido violada en repetidas ocasiones delante de todos, el hombre del que se enamoró fue torturado y tal vez le quiten la vida, sus padres torturados y asesinados y su hogar destruido, sus hermanos tal vez la odien por perderlo todo debido a ella, o por lo menos eso piensa.

No le queda nada para luchar, ni siquiera fuerzas, su cuerpo se desvanece al igual que su alma, si sale de esa será un trauma difícil de superar.

INFIERNO EN LA MONTAÑADonde viven las historias. Descúbrelo ahora