CAPÍTULO 26: Desahogo

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-Buenos días.- Saluda amablemente un joven vestido de blanco al ingresar a la habitación. -Necesito que me preste su brazo un momento para extraerle un poco de sangre.

-Siempre lo hace una enfermera, ¿Por qué has venido tú?

-Porque yo también soy enfermero y me tocó turno hoy.

-Pero no quiero que lo hagas tú.

-Tranquila mi cielo, él solo va a sacarte un poco de sangre.- Interviene la tía de Victoria. -No tienes nada qué temer.

-¿Lista?- Pregunta el enfermero.

Victoria extiende su brazo dándole acceso a la fosa del codo, está temblorosa, su respiración se agita de a poco y su visión se empaña por un poco de lágrimas.

Las venas no están visibles por lo que el chico coloca sus dedos sobre la fosa del codo y hace presión en un intento por hacer aparecer las venas, el corazón de Victoria se acelera y su respiración se vuelve incontrolable, aprieta su mandíbula y finalmente se desborda.

No! ¡No me toques maldito! ¡Déjame!

El policía que vela por el bienestar de Victoria en la puerta, desenfunda su arma y entra a la habitación apresurado ante aquellos gritos, supone peligro.

-No le voy a hacer daño, tranquilícese por favor.- Le habla a Victoria. -No me vaya a hacer nada, solo trataba de sacarle sangre, no la he lastimado.- Se dirige esta vez al policía con gran nerviosismo. -Si le parece mejor una enfermera entonces iré por ella, ¿Está bien?

No! No está bien, nada está bien...- Dice esto último en un hilo de voz, sentada en la camilla con las piernas pegadas a su pecho, sus brazos rodeando sus piernas y su cabeza sobre sus rodillas.

-Tranquila mi amor, todo estará bien, vaya por una enfermera, un médico, lo que sea por favor.- Berenice abraza a su sobrina en un intento por calmarla, para que se sienta protegida y sin saber qué más hacer, mientras el enfermero corre en busca del médico de turno para que revise a Victoria e indique cómo proseguir. -Estás a salvo ya, aquí nadie va a lastimarte.

-Por eso lo necesito a él, ha pasado por muchas cosas al igual que yo, a su lado me siento segura...- Parece hablar más para sí misma que para las personas que se encuentran en la habitación.

-Con permiso me retiro.- Dice el policía volviendo a su lugar en la puerta.

-No hija, no lo necesitas a él, necesitas superar esta situación, tal vez un psicólogo pueda ayudarte, entiendo que pasaste por muchas cosas...

No tía! ¡No entiendes nada!- Grita safándose del abrazo. -Nadie aquí me entiende, todos fingen hacerlo porque sienten lástima por mí.

-No digas eso Victoria.

-¿Cómo me vas a entender tú? ¿Acaso a ti te tocaron y te desnudaron delante de todos sin tu permiso? ¿Acaso a ti te violaron todos los días varias veces al día por más de tres meses? ¿Acaso un maldito puso a toda su tropa a que abusaran de ti de todas las formas que quisieran? ¿Acaso a ti te golpearon, te humillaron y te mataron a tus padres para castigarte?

En ese momento ambas lloran a mares, Victoria se desahoga, saca todo lo que le atormenta y le hace tener pesadillas por las noches y Berenice llora porque definitivamente no la había entendido hasta entonces, no se alcanza a imaginar el sufrimiento y el trauma por el que ha pasado su sobrina; incluso, el policía que cuida de ella siente rabia e impotencia al escucharla.

-¿Acaso golpearon a la persona que quieres y le cortaron los dedos enfrente tuyo para aumentar tu castigo?

Berenice vuelve a abrazar a su sobrina, no le importa que le haya gritado, sabe que no lo ha hecho con intención de lastimarla, está pasando por un mal momento y no ha sabido manejar sus emociones.

-Sus gritos tía, por mi culpa, por enamorarse de mí.- Dice casi en un susurro y estremeciéndose debido al llanto, mientras que su tía trata en vano de controlar el suyo. -Los gritos de mis padres en ese vídeo, vi cómo los torturaron y luego sin piedad acabaron con sus vidas, ese maldito me marcó, dejó una huella en mí, me siento sucia, me siento deshecha, me da terror que un hombre me toque, pero con él no fue así, por eso lo quiero conmigo, quiero sentirme bien, quiero sentirme segura, protegida.

Es entonces cuando Berenice comprende el porqué su sobrina insiste en ver a Samuel, puede ser un guerrillero y haber cometido infinidades de crímenes, pero fue la única persona en darle apoyo y amor en ese momento tan difícil de su vida, podría ser un apego insano, no quiere que Victoria desarrolle dependencia hacia ese hombre pero puede ser la única persona que la haga sentir segura y ayudar en su recuperación.

-Te ayudaré a buscarlo, ¿Eso te hará sentir mejor?

-No lo sé, espero que sí.

El personal del hospital tarda un poco en llegar a la habitación porque tuvieron que ir al área de urgencias a buscar a una médico, en el área de hospitalización solo hay médicos hombres de guardia ese día.

-Buenos días, mi nombre es Verónica Da Silva, soy médico general. El enfermero me comentó sobre el incidente, ¿Cómo te sientes Victoria?

-Mejor.- Contesta tranquila secando sus lágrimas.

-¿Me permites examinarte?- Victoria asiente y esta procede a revisar sus signos vitales. -Tu corazón late un poco rápido, es lo único inusual, ¿Puedes decirme qué sentiste hace un momento?

-Estoy bien.

-Puede que sí, pero si no queremos que tal cosa te ocurra de nuevo debemos saber qué es para tratarlo, no te voy a juzgar ni me voy a reír de ti, quiero ayudarte.

-Respiraba pero no sentía que me llegara oxígeno, me dolía el pecho y sentía cada latido de mi corazón en mi cabeza, era muy rápido, estaba desesperada, quería salir corriendo, tenía miedo pero no sé a qué o porqué, ¿Me estoy volviendo loca?

-Por supuesto que no, eso que me dices podría ser un ataque de pánico, es un episodio repentino de miedo o ansiedad que se presentan en niveles elevados, tiene síntomas físicos como los que acabas de describir y es normal después de un evento traumático, los episodios no duran mucho y si realmente son ataques de pánico, es una condición que puede ser tratada y llevar una vida normal. Te voy a remitir con psiquiatría para que empieces el proceso, ¿Te parece bien?

Victoria asiente y no dice nada más, la médico se marcha y su tía se sienta a un lado de la camilla, solo piensa en que es imposible que pueda llevar una vida medianamente normal, cierra sus ojos con ese pensamiento instalado en su mente y en medio de sus pesadillas logra conciliar el sueño.


Victoria asiente y no dice nada más, la médico se marcha y su tía se sienta a un lado de la camilla, solo piensa en que es imposible que pueda llevar una vida medianamente normal, cierra sus ojos con ese pensamiento instalado en su mente y en medi...

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