CAPÍTULO 36: Ayer por mí, hoy por ti

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-Quédate conmigo.- Le pide Victoria.

-Aquí estoy, no me iré.

-Hablo de siempre, quédate conmigo, vivamos juntos.- Comenta aún adormitada.

Pasaron la mañana juntos, al medio día pidieron comida a domicilio y luego se quedaron dormidos, Victoria despertó por una pesadilla la cual Samuel calmó rápido con suaves caricias.

-No me esperaba una petición así, ¿Estás segura que con solo 20 años ya quieres tener marido? Y más importante aún, ¿Segura que me quieres a mí de marido?- Victoria queda espantada.

-Esa palabra suena horrible.- Procede a golpearlo en la cara con una almohada, Samuel le devuelve el almohadazo, luego la abraza y la besa. -Pero sí, estoy segura de que te quiero conmigo, si quieres tómate la tarde para hablar con Mery y Alfonso y para que vayas a comprarte el celular y la ropa.

-Ya habíamos hablado de eso y te dije que no.- Comenta frustrado, la suelta y se sienta en el borde de la cama.

-¿Qué te piensas poner entonces Samuel? Yo no te estoy preguntando si quieres recibir el dinero te estoy diciendo que te lo voy a dar, tú lo necesitas, yo lo tengo y quiero compartirlo contigo, ¿Cuál es el problema?

-No quiero ser una carga para ti.- Ella se levanta y lo abraza por la espalda.

-No lo eres.- Victoria se sienta en la cama con las piernas flexionadas detrás de él. -Dime algo.- Samuel voltea ante el llamado. -Si la situación fuese al revés, que tú tuvieras el dinero y yo necesitara tanto como tú ahora, ¿Me negarías las cosas?

-Por supuesto que no.

-¿Sería una carga para ti?

-Claro que no, te daría todo y más con tal de que estés bien, pero es diferente...

-¿Lo ves? Entonces ¿Por qué no me dejas ayudarte?- Pasa una mano por su rostro indicándole que la mire. -Mi amor que seas hombre no significa que debas ser Superman, hay cosas que en este momento se te dificultan, no es malo que recibas mi ayuda, al contrario, si queremos ser una pareja debemos apoyarnos, estar en las buenas y en las malas.

Samuel sonríe, escucharle de esa manera tan espontánea decirle mi amor lo ha tomado desprevenido pero le ha llenado el alma de alegría, se voltea, se inclina hacia ella y la abraza.

-Te amo hermosa, gracias.- Le da un beso en la cabeza y ella sonríe, su corazoncito se llena de calidez.

Es la segunda vez que Victoria lo escucha decir que la ama, la primera vez fue el día de su tortura, antes de que le cortaran la mano, en ese momento debido a las circunstancias no prestó mucha atención, no le dio validez e importancia a aquellas palabras, pero después de pasar por tanto, de conocerse un poco más y que él aún lo sienta le demuestra que está tomando la decisión correcta al estar con él, sí es el hombre con el que quiere estar toda su vida.

Sus padres se amaron incondicionalmente, siempre se apoyaron, en los momentos de crisis y de enfermedad siempre juntos, eran muy cariñosos a pesar del tiempo transcurrido, nunca perdieron la chispa, ese fue el ejemplo que Victoria tuvo del amor desde niña, los vio molestarse el uno con el otro pero nunca hubo golpes o palabras groseras, tenían buena comunicación, ese tipo de relación sana y estable es lo que ella quiere para su vida y por lo que ha vivido con Samuel parece ser este la persona indicada, la quiere, la respeta, la apoya y cuando se enojó prefirió tomar distancia pero no hubo malos tratos de su parte, sonríe y lo aprieta para profundizar el abrazo.

-Si tú no vas iré yo misma a conseguirte todo.- Comenta al cortar el abrazo e intentar levantarse de la cama, esa es Victoria siendo Victoria, no acepta un no por respuesta, las cosas deben hacerse cuando ella lo dice y como ella lo dice y presiona hasta conseguirlo.

INFIERNO EN LA MONTAÑADonde viven las historias. Descúbrelo ahora