Los cinco minutos que le dio Berenice se han ido solo en el abrazo, ambos se niegan a soltar al otro por temor a perderse de nuevo.
-Creí que habías muerto, me dijeron que habías muerto.- Le susurra a Victoria en el oído conteniendo el llanto.
-También pensé que estabas muerto, después de ver tu tortura pensé que te habrían matado.
Levantan sus rostros, se miran a los ojos sin deshacer el abrazo y juntan sus frentes, Samuel quiere besarla pero no se atreve, está temeroso por su reacción, mientras Berenice vigila en una esquina de la habitación.
-¿Cómo llegaste hasta aquí? ¿Cómo supiste que estaba aquí? Creí que te habían detenido, ¿Qué pasó durante este tiempo?
-Son muchas preguntas, es una larga historia y tu tía no me dio suficiente tiempo para eso, pero... ¿Cómo sabes que estaba detenido?
Se separan y se sientan al borde de la camilla, están el uno al lado del otro con sus piernas casi rozándose, giran sus rostros para poder verse, Samuel toma la mano de Victoria y comienzan a hablar.
-Me enteré que el ejército había llegado al campamento y que habían capturado a varios guerrilleros y matado a otros, entonces pedí que me averiguaran que había pasado contigo, me imaginé lo peor, pero me dijeron que estabas en la fiscalía, ¿Qué pasó con eso?
-Pues al parecer no estaban haciendo bien las cosas, no tenían un proceso en mi contra, ni orden judicial, ni nada, conté con suerte de encontrar a una buena persona, me sacó de allá y me está ayudando en todo este proceso.
-¿Una persona? ¿Una mujer?
-¿Celosa?- Pregunta Samuel con una leve sonrisa.
-Por supuesto que no, no tendría porqué estarlo.- Responde restándole importancia y desviando la mirada.
-Claro que no, eres la mujer más hermosa, ninguna mujer podría igualarte.- Victoria lo mira de nuevo tratando de contener la sonrisa. -Hablo de un abogado, ha decido ayudarme y fue quien me ayudó a encontrarte, en internet habían noticias tuyas y varias decían que te habían traído aquí.
-¿Sabes cómo salí del campamento? No recuerdo nada más que...- Samuel suelta su mano y extiende su brazo para abrazarla. -Ese recuerdo se presenta hasta en mis sueños, no puedo dormir bien, no confío en nadie.
-Poco a poco irás saliendo de esta, eres más fuerte de lo que crees, de lo contrario no estarías aquí.
-Gracias, ¿Sabes qué pasó?- Lo mira y le da una media sonrisa, él deshace el abrazo y sujeta su mano nuevamente.
-Javi me contó que estuviste toda la noche expuesta a la lluvia y al frío, que al amanecer tu cuerpo estaba helado y casi no se sentían tus signos vitales, probablemente estabas al borde de la muerte, entonces te hizo pasar por muerta.
-¿Por qué?
-Él no quería hacerte daño y ese día sino hacía lo que el comandante había ordenado su familia pagaría las consecuencias, así como a muchos de nosostros a él tampoco le gustaba esa vida, así que se le ocurrió un plan y tú le ayudarías.
-¿Yo? ¿Cómo?
-Me dijo que al informar sobre tu muerte le pidieron arrojarte al arroyo para que el agua te arrastrara hacia el pueblo y mandar un mensaje de su poderío, él completó ese mensaje dibujándote un mapa con una navaja en un costado de tu cuerpo hacia tu espalda.- Victoria se revisa los garabatos cicatrizados, los cuales creía que eran marcas de aquel día, de la tortura que le proporcionaron al momento de violarla. -Si morías en la morgue lo verían y si vivías en el hospital también lo podrían ver, no había forma de perder, era un mensaje para las fuerzas armadas, fue así que gracias a ti que llegaron al campamento.
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INFIERNO EN LA MONTAÑA
RandomVictoria, una chica aguerrida con alma indomable, es secuestrada por un grupo armado al margen de la ley como retaliación en contra de su padre. El comandante de dicho grupo se enamora de ella y pretende hacerla su mujer, pero no sabe ante quién se...